Este fin de semana tuve la suerte (por llamarlo de alguna manera) de ver un post un tanto curioso. En él se hablaba, entre otras cosas, de sindicatos y huelgas. Si bien el tema en cuestión no era ese precisamente, me dio pie a pensar en la entrada de hoy. Pues hoy voy a hablar de mi opinión respecto a sindicatos y huelgas, pues si bien hace tiempo ya hice algo así, hoy quisiera profundizar un poco más. Eso sí, será una opinión personal, que podrá ser aceptada o rechazada y que podrá ser elogiada o criticada, pero ante todo y sobre todo será una opinión basada en la vida real y no es “elucubraciones metafísicas y religiosas” (y el aludido ya sabe a qué me refiero… aunque dudo que se digne a venir por aquí, que a lo mejor se ensucia en el pecado). Pero mejor dejémoslo estar y pasemos al tema en cuestión.
En primer lugar definir ambos conceptos. Por una parte tenemos la Huelga. La Huelga es un mecanismo de defensa de los trabajadores ante los abusos de los jefes. Por otra tenemos a los Sindicatos. Éstos son agrupaciones de trabajadores, logrando así mayor fuerza y capacidad de presión, que buscan limitar el poder empresarial en la búsqueda de mejores condiciones para los empleados.
Estas son definiciones “mías”. Si acudimos a la RAE obtenemos que:
sindicato.
1. m. Asociación de trabajadores constituida para la defensa y promoción de intereses profesionales, económicos o sociales de sus miembros.
huelga.
(De holgar).
2. f. Interrupción colectiva de la actividad laboral por parte de los trabajadores con el fin de reivindicar ciertas condiciones o manifestar una protesta. Huelga ferroviaria. Huelga indefinida.
Vistas estas definiciones, tenemos que un sindicato es una asociación de trabajadores que busca mejorar las condiciones laborales así como defender los derechos de sus asociados. También vemos que por huelga hay montones de definiciones, pero las que me voy a quedar es la segunda, dejar de trabajar como protesta.
¿Qué opinión tengo sobre ambos supuestos? Pues ambos me parecen geniales. Los trabajadores no solo tienen el derecho a trabajar, sino también el deber de protestar ante abusos. Para ello pueden asociarse (adquieren poder y fuerza) y pueden dejar de trabajar.
Pero ahora toca matizar esa opinión. A día de hoy, en España, no existen ni los sindicatos ni las huelgas tal cual están definidas. Por lo tanto lo que en España pasa cuenta con mi total rechazo. Los sindicatos en España no son asociaciones de trabajadores que luchan por el bien de sus miembros. Ni mucho menos. Son asociaciones de gente que “vende” una lucha obrera mientras viven el capitalismo en toda su gloria. Por poner un ejemplo. UGT y CCOO, los dos sindicatos mayoritarios en España, viven no de sus afiliados (que son los menos), sino de los impuestos de TODOS los españoles. Cuando alguien quiere pertenecer a un sindicato y se afilia al mismo, tiene que pagar una aportación para sufragar los gastos del mismo. Aquí tanto quieras como no quieras, de tus impuestos una parte se va a pagarle a estos sindicatos su “buen vivir”. Entonces podríamos decir que los trabajadores pagan a estos sindicatos para que los defiendan… grave error. Si un trabajador solicita la ayuda de un sindicato al que no está afiliado, lo único que consigue es que le señalen la puerta (o bien le den los impresos de afiliación). ¿No se supone que todos estamos pagando ya los excesos de estos impresentables? Otra cosa, ¿por qué diablos yo tengo que destinar parte de mis impuestos a pagar un sindicato cuando la propia ley me impide sindicarme? Cualquier autónomo tiene prohibida la pertenencia a un sindicato (pero todos cobran de nosotros con nuestros impuestos).
Sigamos con la huelga. Una huelga debe tener una finalidad clara, sea una subida salarial, sea un aumento de seguridad en el trabajo, sea lo que sea. Hacer huelga por algo “abstracto” es absurdo. Como por ejemplo la huelga del 29 de septiembre en España. ¿Cuál era la finalidad de esa huelga? Pues según a quién se le pregunte, la respuesta puede variar. Según unos, era una manifestación contra el gobierno (hay otros cauces para ello, no es necesaria una huelga), según otros una llamada a la gente para mentalizarse contra la crisis (justo… luchar contra la crisis dejando de trabajar), según otros una protesta contra las medidas de recorte social (al igual que en el primer punto hay otros cauces, y desde luego la huelga no es uno de ellos). La huelga tiene que ser algo que los participantes “sientan” como válido. Unos trabajadores que se unen contra su jefe y le demuestran que si dejan de trabajar él se verá en apuros. Ese es el propósito de una huelga. Con las huelgas “variables” que tenemos aquí, lo único que conseguimos es, hablando en plata, joder a terceros.
Es como lo de los piquetes informativos. Puede que hace años, antes de la llegada de la era de la información, fuese necesario informar a la gente de la convocatoria de huelga, de las manifestaciones y demás. A día de hoy esta figura no debería existir. ¿Acaso queda alguien en este país que no se enteró de la huelga antes de que pasara? Si todos estábamos informados… ¿qué pintan los piquetes en el asunto? Claro… informar lo que se dice informar no es lo que hacen. Amenazan, agreden, destrozan propiedades… esa es la función principal a día de hoy de un piquete. ¿Acaso no son todas esas actividades delictivas? ¿Por qué cuando se dan en el curso de una manifestación o huelga se pasan por alto? Si todos estábamos informados, ¿por qué a algunos se les obligó a cerrar sus negocios, a dejar su trabajo o incluso a acudir a las manifestaciones? ¿no cuenta nuestro propio derecho a elegir? Yo sé que hay huelga, pero soy yo mismo quién decide si secundarla o no.
Resumiendo. Las huelgas sólo tienen valor cuando las convocan los propios trabajadores y para sus propios puestos de trabajo. Los sindicatos sólo tienen valor cuando son asociaciones de trabajadores, financiados por los propios trabajadores y conocedores de esos mismos trabajadores. Cualquier otra opción es absurda en este mundo moderno en que vivimos.
Hace años el concepto de sindicato se creó como un mecanismo para luchar contra la opresión del empresariado. Pero eso fue hace muchos años. Cuando el “empresariado” era un ente abstracto, dueño y señor de las vidas de sus trabajadores. Pero los tiempos cambian. Hoy día es “empresario” cualquier persona dueña (muchas veces el dueño es el banco, pero eso es otro cantar) de su propio negocio. Hoy día un empresario es un trabajador más. Que trabaja para sí mismo, pero que trabaja. Ya no es ese “ente etéreo” de antaño. Por lo tanto tiene tanto derecho como cualquier otro trabajador a decidir. Pero las leyes no lo permiten. Están diseñadas para “joder”.
Ahora voy a mi punto de vista personal (lo de antes era sólo el calentamiento).
En una empresa (cualquier empresa) los trabajadores deben unirse para proteger sus derechos, tanto individuales (sobre todo éstos) como colectivos. Pero deben ser los trabajadores de esa empresa en cuestión. Son los que conocen a la misma. Son los que la mueven. Son los que permiten que esté en el mercado. Sin los trabajadores, esa empresa no es más que “aire”. Esa es la auténtica fuerza de los trabajadores. Y los jefes lo saben. Por eso en las empresas pequeñas (hasta 20 trabajadores más o menos) es absurdo tener que contar con una fuerza externa a la cual, en la mayoría de las ocasiones, ni les va ni les viene lo que les pase a los trabajadores o a la empresa. Si los trabajadores se unen y “hablan” con el jefe, en el 90% de los casos se soluciona el asunto. Y para el 10% restante está la huelga.
Y esto es así porque la mayoría de las empresas de menos de 20 trabajadores han sido creadas y levantadas por personas como cualquiera de esos trabajadores. Gente que trabaja tanto o más que ellos. Y que sabe lo que es el trabajo duro. Por lo que conversando racionalmente se puede llegar a soluciones sin tanta estupidez. Y más importante aún, sin involucrar a terceros.
Cuando un problema es tan grave que no tiene solución inmediata, el trabajo conjunto entre empresario y trabajadores es la única solución. Ambos deben ceder en parte de sus exigencias para alcanzar un acuerdo. El cerrarse en banda sólo conduce a la desaparición de empleos y empresas. Y la culpa de esta “cerrazón” que tantas veces vemos no es de los trabajadores de las empresas ni tampoco de los empresarios de las mismas. La culpa es de los Sindicatos y de los Gobiernos. Al final no es más que una lucha entre ambos entes en la cual se ven metidos todos estos pobres inocentes.
Es como la definición de Guerra “situación en la cual gente que no se conoce ser mata entre sí, para beneficio de gente que sí se conoce pero no se mata entre sí”. Cuantas más leyes y normas saquen los gobiernos, sean para “proteger al trabajador” sean para “proteger la empresa”, el resultado final siempre es el mismo, descontento entre ambos y amento de luchas. Cuantas más “proclamas” nos vendan los Sindicatos, más descontento y más luchas también.
Si el Gobierno y los Sindicatos van de las manos, eso es porque los trabajadores y los empresarios están jodidos.
Si el Gobierno y los Sindicatos se tiran de los pelos, eso es porque los trabajadores y empresarios están “MUY” jodidos.
Pero al final siempre estamos jodidos.
¿Cuál es la solución? Que los “altos mandos” dejen de meter las narices en todos lados. Un contrato personal es algo que vincula a quienes los firman, no a los gobiernos. Cuando un trabajador se compromete a dar un servicio y un empresario se compromete a retribuir ese servicio, sólo cuando alguna de las dos partes incumple es cuando hay problema. Como diría un antiguo profesor mío cuando jugábamos al mus, “los de fuera se callan y dan tabaco”. Aquí lo mismo. Los gobiernos y sindicatos no pintan nada.
Alguno me dirá: ¿y si alguna de las partes incumple el contrato? Pues mi respuesta es: ¿Y? sigue siendo problema de los que firmaron el acuerdo. Y la solución vendrá de quienes firmaron dicho acuerdo. No de un tercero que no tiene ni idea del asunto (y al que tampoco le interesa, dicho sea de paso). Meter a otra persona (o entidad) en estos problemas los agranda, los agrava y los pervierte. Y al final NUNCA los soluciona. Sólo hay que echar un ojo a la historia reciente para ver que las soluciones vinieron de acuerdos entre trabajadores y empresarios (normalmente con el voto en contra de los sindicatos, aún cuando luego lo vendían como un gran logro por su parte) y que las tragedias venían de la intervención de terceros que agravaban las situaciones hasta que ya no había salvación posible.
Para finalizar (que ya he dado la lata un buen rato). Sindicatos de empresa, sí. Huelgas de empresa con motivos claros, sí. Sindicatos “nacionales” financiados con el dinero de todos y que sólo representan a quienes ellos quieren, no. Huelgas “obligadas” sin más motivos que los políticos, no.
De todas formas, estoy abierto al debate y a la crítica. Así que aquí queda la pregunta ¿qué opina el resto?
3 comentarios:
Un matiz... los sindicatos no viven en el Capitalismo... viven apesebrados y en el lujo. El capitalismo, bien sabes que es otra cosa, bastante beneficiosa si se aplica, por cierto.
Y desde luego que esto sindicatos no son más que una anquilosada masa que no sirva para nada más que cobrar subvenciones, en la mayoria de las empresas con un almuerzo tranquilo, sobran convenios colectivos.
Saludos
Mi blog: Comentarios Otomanos
Mi web: Grupo Sinertec
Yo tuve que ir a UGT a pedir ayuda para un asunto del trabajo y no me hicieron ni puto caso.
Tras dar mil vueltas resultó que mi jefé y por ende la empresa estaban afiliados también y se dieron palmaditas y acudí a un abogado laboralista por cuenta ajena que en 1 día me solucionó el asunto.
La cosa es que no solo me ha pasado a mí problemas de este tipo y da por saco, que para cobrar sus comisiones, subvenciones y demás y salir a la calle para no perder derechos ellos , joder, no pierden una .
Y lo que dices de la huelga es bien cierto.
Muy buen post Grangrol, un abracete!!!!
Como respuesta conjunta a ambos, una pregunta.
¿Qué pasaría si desapareciesen los grandes sindicatos en España?
Puntos negativos:
Se eliminaría una gran defensa de los trabajadores (y voy yo y me lo creo)
Se eliminaría una gran presión social a los gobiernos (esto es ya más cierto... lástima que esa presión sólo la hagan cuando les tocan el bolsillos a ellos)
Puntos positivos:
Se eliminaría una de las mayores estafas piramidales de nuestro país.
Se eliminaría a un montón de chupópteros que sólo viven del cuento
Se eliminaría a gente que "lucha" por los obreros desde la opulenta vida del "jefe"
...
¿tengo que seguir?
...
Ahora la pregunta que nos queda es:
Si tan malos son... ¿cómo es que aún no los han eliminado a todos? ¿tanto poder político tienen?
Un Saludo Felino
Miau
Publicar un comentario