viernes, 29 de octubre de 2010

El Precio de la Salud


Hoy por la mañana me encuentro con que se me critica mi “proclama política-económica” en un comentario de un blog. Aquí queda el enlace a dicho blog (que por cierto recomiendo por su temática y contenido)


Ahora voy a explayarme un poco más en la contestación, pues allí como que sería pasarse la parrafada.

En primer lugar decir que comparar el afán de lucro de una empresa legal con los beneficios económicos del camello de la esquina no es que parezca demagogia, es que lo es. Hay cosas que no tienen comparación posible, y esta es una de ellas. Es una forma muy directa de criminalizar a las empresas (sean del sector que sean) simplemente por ser empresas.

Como bien dije ahí, las empresas quieren ganar dinero. Para eso se han creado. Y el que piense lo contrario o bien vive en un mundo de fantasía donde la realidad no existe, o bien tiene un grave problema de percepción de la realidad. Cualquier empresa vive por y para la ganancia económica. Esa ganancia económica se basa en un producto o servicio hacia un tercero y es ese tercero el que proporciona el beneficio. De forma que la empresa, si bien quiere ganar dinero, es consciente de que un producto defectuoso o bien un servicio pobre, le repercutirá económicamente de forma negativa. Por lo tanto la empresa se cuida bien de hacer las cosas acordes al mercado y a la sociedad para así poder lucrarse. Este es el mundo el que vivimos, podrá parecer bueno o malo, podrá gustarnos más o menos. Pero es lo que tenemos y cerrar los ojos a esta realidad es una tontería.

Centrándonos en el caso concreto de la industria farmacéutica, para poder crear una molécula hay que pasar por una serie de procesos tan largos y laboriosos que se invierten ingentes cantidades de dinero y tiempo para lograrlo. Y de cada millón de moléculas estudiadas, sólo pasan los tramos finales unas cuantas. Es de recibo que las empresas consigan con esas moléculas que han logrado llegar a la final una rentabilidad que les permita resarcirse de los fracasos de las moléculas que se quedaron en el camino, así como cubrir los costes de las que han salido adelante y además invertir en investigar nuevas moléculas.

El intervencionismo del Estado tiene su parte buena en el país en el que vivimos, pues así como la Seguridad Social cubre las necesidades de todos los españoles a nivel sanitario (es decir, médicos, hospitales y medicamentos), esta cobertura sanitaria debe ser lo suficientemente barata como para poder ser “cierta”. El problema que tenemos aquí es que donde el Estado debería fijar unos topes, lo hace siempre a la baja y de forma radical. Estos precios tan bajos para los medicamentos tienen como consecuencia que las empresas dejen de investigar (por poner un ejemplo, Almirall, empresa española, de las pocas que quedan, ya ha reducido al mínimo visto la partida presupuestaria para investigación, y se centra en nuevas formas farmacéuticas de moléculas ya creadas… con lo que no hay innovación real) pues con ese dinero sólo se llega para cubrir costes.

Luego tenemos también que el Estado es el primero en permitir la entrada de más y más medicamentos de más y más casas comerciales. Y luego protesta porque los medicamentos son caros y promueve la prescripción de genéricos. Si tan malos son las marcas comerciales, ¿por qué se han permitido en primer lugar? Supongo que el hecho de que para poder ser un medicamento “válido” en España, lo primero que hay que hacer es pagarle al Estado. Ahí tenemos la razón. El Estado cobra por los medicamentos que se den de Alta en nuestro país. Pero luego prohíbe (en unos casos de forma directa y en otros de forma indirecta) su venta.

También están las bajadas de medicamentos de forma “impositiva”. Así como cuando los medicamentos pierden su patente y por lo tanto se renegocian los precios de los mismos (siempre a la baja) y empiezan a aparecer genéricos de los mismos, el Estado marca unos valores conocidos como “Precio de Referencia” y “Precio menor”. De forma que sea “imposible” dispensar cualquier medicamento que no esté dentro de esos valores. Si tan caros son: ¿por qué el Estado los permitió? Recordemos que el precio se fija en un acuerdo entre la empresa y el Estado.

El Precio de referencia determina que cualquier medicamento que supere ese valor deja de ser financiado por la Seguridad Social.

El Precio menor marca el límite en el cual se puede dispensar un medicamento que se sustituya o bien se prescriba por principio activo. Este precio menor viene marcado por el medicamento del conjunto de intercambio más barato que esté dado de alta (estar de alta no significa estar comercializado… normalmente no lo están, de forma que el Estado se cura en salud al decir que si se da otro, no tiene porqué pagar) y se actualiza mes a mes.

¿Se garantiza así una correcta sanidad para los españoles? Creo que no. Cuando un médico dice que el medicamento X es el que prescribe, ¿porqué un político que de medicina sabe lo mismo que yo de “swahili” tiene que corregirlo? ¿No se supone que hay una carrera universitaria y unos conocimientos detrás de esa prescripción? Cuando un médico prescribe por principio activo no lo hace porque sepa que todos los medicamentos del conjunto de intercambio sean iguales, sino porque si no lo hace, eso repercute en su sueldo (en Galicia va así).

Un ejemplo:
Hasta hace poco todo genérico de Atorvastatina se hacía con sal magnésica. El Cardyl, Prevencor y Zarator, las marcas comerciales de dicho principio activo vienen en forma de sal cálcica. Aún cuando son “bioequivalentes” los genéricos y las marcas comerciales, hay que ver todo el factor añadido que una sal diferente puede causar en la persona. Pero eso no significa nada para Papacito Estado, pues su único interés es ahorrar. Y si ahorrando le causamos prejuicio a la gente, siempre que se le pueda echar la culpa a un tercero (en este caso a médicos, farmacéuticos y empresas), pues mejor que mejor.

Como esos podría decir muchos más ejemplos. Y cualquier médico que esté leyendo esto (sé que por lo menos dos hay, así que ya sabéis, si me equivoco, corregidme) podrá darme la razón.


También tenemos el argumento por parte del Estado de que la Sanidad es Gratis. Qué gran mentira. Yo pago por la sanidad. Es más, me obligan a pagar por la sanidad. Y no sólo por la mía, sino por la de todos aquellos que no pueden pagarla. Ahí está el principio de Solidaridad. Pagamos hoy para que el Estado gestione ese dinero de forma que cuando estemos enfermos, se repercuta en nosotros esas aportaciones. Y como “hoy” no estamos mal y pagamos, ese dinero se emplea en los que están mal “hoy”. De forma que cuando “mañana” estemos mal nosotros, los que “mañana” estén bien, paguen por nosotros.


Yo ahí no veo que sea algo gratis (otra cosa es que sea un timo piramidal, como las pensiones, pero ya es otro cantar). Nos cobran por ello… y bien que nos cobran.

La ventaja de estas aportaciones es que no tenemos que fijarnos en límites de enfermedad. Da igual lo que tengamos, Papacito Estado nos cuida. Por el contrario tiene como defecto que al ser una aportación obligatoria, cuando alguien quiere contratar un seguro privado (por la razón que sea), tiene que pagar doble, pero luego pierde el derecho a la Seguridad Social pública, aún cuando lo esté pagando igual.


Regresando al tema original. Que un medicamento sea caro significa que la empresa gana dinero. Mucho dinero. Muchísimo dinero.

Que un medicamento sea barato significa que la empresa gana poco dinero (en casos incluso pierde).

Si gana dinero, la empresa usa ese dinero en mejorarse a sí misma, en investigación y desarrollo de nuevos fármacos, en búsqueda de nuevas posibilidades… Todo ello porque quiere seguir ganando dinero.

Si la empresa no gana dinero (o es poco lo que gana), dejará de investigar, vivirá de rentas mientras pueda y luego se cerrará, dejando que los de arriba se vayan muuuuuy ricos, mientras los de abajo se quedan en la calle.


Si el Estado quiere meterse en el ajo, pues que pague dinero para investigar. Que cree centros de investigación y desarrollo. Que proponga vías para ello. Que invierta dinero.
Si lo único que busca es que otro pague el dinero y luego aprovecharse de ello, pues como que algo se ha estropeado en el camino.


En Intervencionismo del Estado tiene su lógica en ciertos temas. No lo tiene en otros. Cuando se trata de un sistema sanitario como el nuestro, es lógico que el Estado fije unos valores adecuados. Lo que no es lógico es que con el paso del tiempo, cuando todo en la vida sube, los medicamentos no hagan más que bajar, bajar y bajar. Con esto sólo tenemos que la Sanidad en este país es una Mierda. Importa más la “pela” que la salud.

Durante muchos años se han revisado los precios de los medicamentos año a año, bajándolos cada vez más. Este año ya llevamos 4 bajadas de precios. Si la Sanidad Española hace aguas… ¿no hay formas más estables de salvarla sin tener que hundir en el proceso a las empresas que hacen que las cosas vayan bien? 

Una forma sería eliminar el exceso de burocracia que nos inunda a nivel sanitario. Tenemos tantas “sanidades” como comunidades autónomas, cada una de ellas con su propia burocracia, y por lo tanto con sus gastos absurdos. 

Otra forma sería que los políticos destinasen más dinero a sanidad y menos a otras cosas más absurdas (léase plan E, o también traducido como “destruir aceras viejas y buenas para hacer unas nuevas y malas”)… mejor no sigo, que no quería meterme en política más de lo necesario y ya me he pasado tres pueblos.


En resumen. Que se deje de criminalizar a las empresas que lo único que buscan es un beneficio económico (como TODA empresa) de una forma legal, y se empiece a pensar en la realidad que nos rodea. Que se deje de soñar con un futuro mejor mientras se nos hunde más y más el presente, y se empiece a trabajar en el presente para conseguir un futuro mejor real.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Excelencia vs Mediocridad

excelencia.
(Del lat. excellentĭa).
1. f. Superior calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación algo.
2. f. Tratamiento de respeto y cortesía que se da a algunas personas por su dignidad o empleo.


mediocridad.
(Del lat. mediocrĭtas, -ātis).
1. f. Cualidad de mediocre.


Ahora que ya he empleado el diccionario de la RAE para definir ambas palabras, comienzo esta disertación diciendo que en España las cosas van mal. Tanto para esos dos términos como para la gente que los emplea.


Por un lado tenemos que en este país, antiguamente llamado España, la palabra excelencia sólo tiene una acepción (aún cuando la RAE le de dos), y es la segunda, pero con matices. Un tratamiento de respeto que se le da a algunas personas por su empleo, que ya no por su dignidad, pues que se le diga “Excelencia” a un alcalde corrupto de cualquiera de los pueblos de diox que tenemos por aquí sólo puede hacerse por el cargo que ostenta, que ya no por dignidad (a menos que se quiera ser sarcástico, pero eso ya es otro cantar).


Por el otro tenemos que la mediocridad, definida como “Cualidad de mediocre”, es el sumun de las aspiraciones, el tan ansiado “El Dorado”. Ser mediocre es la panacea con la que sueña la población.


Intentaré explicarlo mejor (algo que ya de entrada digo que será difícil, pues nunca he gozado del don de la palabra, y cuando hablo de estos temas aún menos)


Pongamos un ejemplo de la vida y sociedad de cualquier país civilizado.


Una persona quiere triunfar en la vida, y por supuesto quiere ganar dinero en el proceso. Esa persona tiene muchos mecanismos para lograrlo, pero ha de asumir que la única forma de ganar dinero real es la de apostar. Apostar su vida y obra a que logrará salir adelante. Una apuesta arriesgada pues así como se puede ganar, también se puede perder (y normalmente hay más posibilidades de esto último). Es decir, esa persona tiene que “trepar”. Ya sea en una empresa privada en la que demuestra su valía con la esperanza de ascensos y reconocimiento; como en la ardua tarea de llevar adelante un proyecto propio como autónomo emprendedor. En ambos casos es una apuesta arriesgada ya que se depende de factores externos a la persona. Como empleado de una empresa privada se depende de los jefes, de los compañeros, del trabajo, etc. Como autónomo emprendedor se depende del mercado, de la sociedad y de los gobiernos… sobre todo de los gobiernos.


En cualquier lugar del mundo civilizado se educa a la gente para que vean un futuro de posibilidades y ataquen cual es la que prefieren (en muchos casos son los padres los que encauzan y dirigen al niño hacia un futuro determinado, pero casi siempre con la esperanza de una vida próspera y mejor).


Ahora toca hablar de España como país no perteneciente al mundo civilizado.


De niños se nos educa para que seamos todos iguales, se nos dice que no existen diferencias entre las personas (lo cual puede ser bueno si nos fijamos en las diferencias que no importan, como puede ser raza, sexo, etc., pero malo si creamos la ilusión, por ejemplo,  de que no existen diferencias entre la gente trabajadora y la que no trabaja… pues lo único que se consigue es que nadie trabaje) con el consiguiente aborregamiento de los niños ya a la más tierna infancia. Si se nos educa para que seamos todos iguales, lo primero que hay que hacer es tener en cuenta cual es el nivel intelectual de todos los niños, elegir el más bajo de los valores que salgan, y educar con ese valor como “máximo”, pues la máxima es “Si educamos en base a ese valor, los más inteligentes, como ya lo son, no necesitan más, mientras que los menos inteligentes podrán seguir las clases”. El problema es que los más inteligentes se vuelven normales primero y luego acaban al nivel de los menos inteligentes. Pues la inteligencia de un niño es variable, si no se educa adecuadamente, se atrofia y luego ya no se recupera. Seguirá siendo inteligente, pero carecerá de la base necesaria para aplicarla.


Ahí ya tenemos el primer error. Pues esos niños que hoy se aborregan, mañana son los que deberán mantener el país.


Después de la educación viene la elección.


En España tenemos una posible salida para esos niños. La Universidad. Como todos sabemos, la “educación no tiene precio y debe ser de todos”. Una cosa es que todo el mundo tenga el “derecho de poder estudiar” y otra muy distinta la “obligación de estudiar”. En España no se ve así. Se han creado unas expectativas en la población que luego no tienen validez. El acceso a la universidad debería ser algo a lo que todo español pudiese optar, pero “poder optar” y “entrar de calle” no son lo mismo. La Universidad es un ente que debe educar en una dirección determinada a elección del alumno (derecho, medicina, química, física, etc.), pero si el alumno va “por ir”, ya se pierde su propósito. Y como precisamente todos “van por ir”, tenemos en España una sociedad de universitarios que no sirven para nada. No porque no sirvan, sino porque hay tantos que ya han perdido su valor. Ya no son esa “élite que salvará al país”, sino más bien “esos que sobran”.


La otra posible salida es el mercado laboral. Ya sea por haber cursado FP (algo que se han denigrado hasta límites insospechados en este país en donde todos son universitarios, pero que al final tiene más salidas y recursos, precisamente porque donde antes los universitarios eran los “bienes escasos”, ahora son los FP quienes adquieren dicha denominación), como por no querer estudiar. En ambos casos se denigra a quienes hacen esto tachándolos de inútiles por no haber querido estudiar… y luego cuando tenemos cualquier problema son los primeros a los que llamamos pues sabemos que son quienes mejor nos podrán sacar del apuro. En esta segunda posible salida ya se entra en el último punto.


Aquí ya nos encontramos con el Mercado Laboral. El trabajo o curro que se llama comúnmente. ¿Qué podemos hacer aquí?


Tenemos tres posibilidades:
  • Opción 1: Trabajo por cuenta ajena.
  • Opción 2: Trabajo por cuenta propia.
  • Opción 3: Trabajo en la Función Pública.


En España está mal visto lo de “ganar dinero”. No por ganar dinero en sí, sino lo de trabajar para ganar dinero. La gente quiere ganar mucho dinero, pero siempre y cuando eso no implique trabajar. Aquí la mentalidad (y eso también es a causa de la educación) es la de que hay que trabajar lo menos posible. Y claro, eso implica una rentabilidad y rendimiento mínimos (si es que los hay, que ya es otro cantar). De esta forma se han creado una serie de leyes y normas que obligan a tener unos sueldos iguales para todos, para que nadie se sienta ofendido por “ganar dinero”. Todo el mundo tiene derecho a cobrar lo mismo que el vecino. Es lo de menos que uno tenga más responsabilidad que el otro, o que sepa hacer cosas que el uno no sabe… lo importante que todos sean iguales.


Ya sé que soy un extremista al hablar así, pero no se me puede negar que parte de razón tengo cuando digo que el sueldo no está en relación al trabajo y a la responsabilidad. La mayoría de las veces se pagan unos sueldos que no son más que números en una cuenta sin mayor representación laboral que la que se le da al hecho que cobrar un sueldo mensual. No hay relación entre trabajo y sueldo.


La media salarial española ronda los 1.500 euros mensuales. En esta media ya van incluidas pagas extras y demás, de forma que cuando ahora se me pongan todos diciendo ¿¿¿QUEEEE??? haced cálculos y veréis que no estoy muy errado. Y también quiere decir que no hay grandes diferencias en sueldos por profesiones y ramas. Pues si la media es de 1500 euros, salvo contadas excepciones que cobran muchísimo más (y suelen pertenecer a la clase política), tenemos sueldos que van de los 1000 a los 2000 en la gran mayoría de los españoles.


Luego ya tenemos también que en realidad esto cambia cuando “Papacito Estado” mete la mano en el saco, pues a los de 1000 euros les cobra bien por existir (creo que antiguamente se les llamaban impuestos, ahora yo le llamo atraco), pero a los de 2000 les cobra una burrada, y al final, entre impuestos indirectos, impuestos directos y multas varias (otro tipo de impuesto que “Papacito Estado” crea cuando necesita dinero pero no quiere decir que sube impuestos) los sueldos de ambos se van equiparando.


Y así ya tenemos que los sueldos son “iguales”. Al menos en los puntos 1 y 3 (cuenta ajena y función pública)


¿Qué ocurre en el punto 2? A todo aquel que tenga la osadía de intentar empezar un negocio (y por lo tanto ansias de ganar dinero) ya le puedo ir diciendo que es este país de cada uno que triunfa así, hay cien que se hunden. Y como aquí cuando te hundes, no lo hace la empresa, sino tu mismo. Dice el código civil español, que la responsabilidad es la tuya con todos tus bienes “pasados, presentes y futuros”. Sinceramente, eso “acojona”. Te arriesgas para lograr algo (es una apuesta), pero cuando no lo consigues (y sinceramente es muy normal no lograrlo) ya no hay vuelta de hoja, te arruinas para siempre jamás de los jamases, y arrastras contigo a tu familia y amigos (aquellos a quienes has tenido que pedir dinero, pues los bancos sueles ser muy felices cuando cobran, no tanto cuando pagan… si es que lo hacen alguna vez). Estoy poniendo un caso extremo, ya que no todos los que se hunden acaban en la miseria, pero lo que sí es cierto que para cualquier emprendedor que tenga interés en hacer algo por sí mismo, en España lo único que recibe es palos. Por un lado de los “trabajadores” que ven a cualquiera que sea autónomo como “millonario” (y por lo tanto el enemigo), por otro lado “Papacito Estado” que a todo autónomo lo castiga a impuestos a un nivel tal que muchas veces se vuelve insostenible el negocio no por falta de ventas o clientes o movimientos, sino porque la porción de pastel que “Papacito Estado” quiere es demasiado grande como para poder rentabilizar el negocio. Y por último el propio emprendedor, que ve como malgasta su tiempo y dinero en un proyecto que sólo le da lágrimas y dolor, pues para poder llevar adelante un negocio, lo de las “35 horas semanales” que promulgan los trabajadores, como que es imposible de cumplir (normalmente son el doble o más) y luego ver que el “sueldo” que gana no difiere tanto de aquellos a los que ha contratado, teniendo doble trabajo, doble responsabilidad y doble nivel de estrés (o incluso más).


Entonces. ¿Qué hacer con nuestra vida una vez llegado a este punto de entrar en la vida laboral?


En cualquier país civilizado, si queremos triunfar y ganar dinero, nos vamos por las opciones 1 y 2. En España nos quedamos con la opción 3. Aquí un funcionario gana más y trabaja menos que cualquier trabajador del punto uno y que muchos del punto dos. Puede que a final de mes el “número” en entra en la cuenta sea menor… pero si hacemos un cálculo sencillo entre horas trabajadas, rentabilidad de dichas horas y sueldo final, posiblemente se triplique el de cualquier trabajador no funcionario.


Aquí la excelencia es el enemigo. Dice un refrán muy antiguo que el clavo que sobresale es el que recibe el martillazo. Aquí se lleva hasta el final. Seamos todos iguales, y como los mediocres no pueden igualarse a los excelentes, disminuyamos a éstos para que se equiparen a los mediocres.


Todos iguales.


Así nos va, que ante cualquier iniciativa de progreso individual salta la masa al grito de “Muerte al millonario”. Así se nos ha educado y así hemos crecido. La gente no entiende que cuanto más y mejor se trabaje, más y mejor sueldo se debe tener. Cuanta más responsabilidad y eficiencia en el trabajo, mejores condiciones se han de lograr. Aquí igualamos todo por la base. De forma que un bedel tiene que cobrar lo mismo que un cirujano… y como me dijo un amigo este domingo, eso está muy bien en el papel “solidario” que nos han inculcado desde pequeños, pero a la hora de la verdad no es lógico, pues un cirujano puede hacer lo mismo que un bedel, pero al revés ya es más complicado (si algún día me tengo que operar, espero que no se haya llegado a esos niveles de estupidez… aunque en este país todo es posible).


Si se aprovechasen las ganas de trabajar de la gente joven, si se apoyasen esas iniciativas y, sobre todo, si tuviésemos una cultura y una educación que no vilipendiase a los emprendedores, sería fácil salir de esta crisis. Aquí todo lo que sea pensar en hacer algo rápidamente es atacado. Creo que en realidad se podría decir que cualquier actividad intelectual (sobre todo el mero hecho de “pensar”) está penalizada por aquí.


Y mientras sigamos así, no sólo no saldremos de la crisis, sino que nos hundiremos más y más en ella, hasta que no haya forma humana de salir. Mientras se cobre lo mismo por trabajar mal que por trabajar bien, al igual que se cobre lo mismo por trabajar que por no trabajar, no habrá ningún tipo de incentivo para sacar al país de la miseria. Pues para hacerlo hay que ir al egoísmo. No trabajamos para el país, lo hacemos para ganar nosotros, pero es que ganando nosotros como individuos, hacemos que el país gane a su vez.


Visto lo visto, no hay salida para esta situación en la que estamos. Simplemente nos seguiremos hundiendo más y más hasta que ya sea tan normal que no le demos importancia.


Supongo que eso buscan los políticos, es la mejor forma de ganar votos fáciles.

viernes, 22 de octubre de 2010

Sanidad y Desastre

Hace dos días leo en el periódico que España gasta en Sanidad un 23% menos que la media europea (no ya que los más ricos, lo cual sería comprensible, pues los porcentajes no son representativos cuando se comparan datos "incomparables", sino entre la media de los 25 países europeos, entre los que se encuentran algunos MUCHO más pobres que nosotros, lo cual ya entra dentro de lo significativo que gastemos mucho menos que ellos).

Leo ayer una entrevista que se hizo a Robert Emerson (premio Nobel de Economía) en el que se dicen unas cuantas verdades sobre economía y política, así como una buena (en mi opinión) predicción de futuro sobre lo que nos pasará si no nos ponemos las pilas y cambiamos a la de ya (algo que dudo mucho que suceda en este país de farándula y estupidez manifiesta).

Analizando esas dos lecturas y viendo de primera mano como se está moviendo la política en relación a la Sanidad (acaban de nombrar a Leire Pajín ministra de sanidad... diox nos coja confesados), no me queda más que decir: "El Fin del Mundo se Acerca... Arrepentíos... Estamos Condenados".

Fuera bromas absurdas, no está muy lejos de la realidad el ponernos el cartelito de "El Fin se Aproxima". A lo mejor así tendríamos más oportunidades laborales. Además de que no sería mentira del todo. Puede que tarde más o menos, pero no queda demasiado lejos. Mientras sigamos siendo dominados por un atajo de incompetentes cuyo único objetivo sea mantenerse en el poder, sin importar el coste para la sociedad, (ahora mismo cualquier sigla de cualquier partido político entra en esta definición, sea PSOE, sea PP, sea XXX (también conocido como partido porno)), seguiremos recibiendo lo que nos merecemos.

Referente a Sanidad, que es de lo que va el post de hoy (que, como siempre, me voy por las ramas), el tema de farmacias afectadas por los distintos reales decretos de este año (van dos y no se descarta un tercero en breve) que lo único que buscan es seguir cobrando; amén del nuevo "catálogo de invierno" que prepara la Xunta para seguir pagando menos en el tema de medicamentos (sólo a farmacias, que en hospitales se gasta lo que se quiere), pues la Sanidad en España se va al traste.

Después de todo, mal que les pese a los políticos, la sanidad española depende en su mayor parte de la Farmacia como punto final de ese sistema. Los hospitales la gente no quiere pisarlos, los centros de salud se quedan cortos, y las farmacias son tanto un lugar sanitario como "espiritual" (muchas veces hacemos de confesores, que cura más a la gente que muchas benzodiacepinas). Y aún así siguen atacando. Y más a las farmacias rurales, supongo que se debe principalmente a que no podemos luchar contra el poder establecido, pues la mayoría de las farmacias son de ciudad y por lo tanto tienen mayoría en las votaciones, con lo que a las de pueblo "que nos den".

Por parte del poder político, las farmacias de pueblo son el enemigo de final de fase, pues precisamente en los pueblos la población está muy envejecida y se gasta mucho dinero...

Solución política a este problema: Eliminar a las farmacias de pueblo.

Rápido, limpio y sin dolor. Pues cuando se logre, la culpa será de las farmacias por cerrar, y no del político de turno por haberlas obligado a cerrar. Ya sabemos en que política cuenta más la metira que se dice mil veces que una verdad que muchas veces es silenciada por los medios de comunicación (que están cobrando del político de turno).

Y ahora con Leire Pajín como ministra de sanidad ya lo tenemos todo hecho. Una "política" de carrera (licencidada en Sociología) que conoce de la sanidad lo que cualquier persona de la calle (o incluso menos, pues estos políticos tienen sus buenas clínicas privadas y sus buenos hospitales extranjeros) que nos va a decir como tenemos que vivir.

Hace dos años se gastó un dineral en el Plan E. Un dinero invertido en que se construyeran aceras por toda España. En la mayoría de los ayuntamientos se tiraron aceras preexistentes (que en la mayoría de los casos estaban perfectamente) para rehacerlas con ese dinero. En otros ayuntamientos se crearon aceras donde no había nada (es el caso de mi pueblo... antes nada de nada, ahora por lo menos tenemos aceras... no hay gente para que las disfruten, pero eso es lo de menos... tenemos aceras).

Hace un par de semanas se terminó de "reformar" el centro de salud. Dos días después de terminarlo ya tuvieron que volver a empezar pues con la tormenta que hubo se inundó por completo, las conexiones eléctricas se cortocircuitaron y todo cuanto necesitaba electricidad en dicho centro se fue al traste.

En resumen, en mi pueblo tenemos aceras pero no sanidad.

Lo normal.

Otro ejemplo de estupidez política... por parte de la sociedad, que no de los políticos. Para ellos es genial, cuantas más cosas haya que arreglar, más carteles de "Gobierno de España" se verán en las calles y más publicidad se les hace, que es lo que buscan. Publicidad = Votos.

¿Quieren arreglar la crisis sanitaria española?

Es muy fácil:

Eliminar autonomías sanitarias. Tenemos ahora mismpo en España tantas Seguridades Sociales como Comunidades Autónomas. Cada una de ellas con sus competencias y Sanidad. Cada Sanidad se divide a  su vez en sus delegaciones provinciales. Cada una de ellas con sus competencias y atribuciones. Y que no se le ocurra a una de ellas decir algo sobre la otra, que ya la hemos liado.

Si todo este laberinto de competencias y burocracia se eliminase, se ahorraría un pastizal acojonante ( y perdon por el lenguaje, pero casi que es obligatorio).

Un ejemplo de esta burocracias absurda es lo que le pasó a mi hermana hace bien poco.

Ella está censada en el pueblo, por lo que tiene la sanidad aquí, la gallega. También hay que decir que trabaja en madrid. Hace poco le caducó la tarjeta sanitaria. Al ir a solicitar una nueva, pues no le había llegado aún, se enteró de que ya no estaba dada de alta en el Sergas. Al preguntar porqué, lo único que se pudo ver fue el papel de baja, en el que decía que era "Emigrante".


Al solicitar la sanidad en Madrid, la contestación fue: No, pues está censada en Galicia, y por lo tanto no tiene derecho a solicitar el traslado. En Galicia no se lo dan porque está trabajando en Madrid y por lo tanto en Emigrante...

¿Acaso no dice la Constitución que TODO español tiene derecho a sanidad?

Al final se solucionó y vuelve a estar de alta en la Sanidad Gallega. Pero lo importante es que "De Oficio" (traduciendo para quien no entienda el lenguaje de leguleyos: "Porque les dio la gana") la dieron de baja porque se fue a trabajar al "Extranjero" (Madrid).


Vamos... que si se llega a ir a Barcelona, ya la llaman estraterrestre... y como se llegue a ir a otro país real, pues como que si se fuera a otro universo saltando de Stargate a Stargate.

Que los políticos nos putean es claro... que lo hagan de forma tan sangrante ya es pasarse.

Y como no hacemos nada para protestar, pues que nos lo tenemos bien merecido.

Menos politicadas y más Sentido Común de una vez.

viernes, 8 de octubre de 2010

El valor de una noticia

Hace ya tiempo que he dejado de poner mis "Reflexiones Personales" en este blog (otros las llaman simplemente "Idas de Olla"), pues visto como va el mundo, ya poco se puede hacer desde aquí, además del hecho de que me cabreo demasiado al ponerme a escribir y al final sólo se me ocurren improperios varios, y no es plan...

Pero es que hoy regreso a mis orígenes para dar a conocer una noticia que también es insultante (por no usar una palabra más dura). Y el tema es precisamente el que se nos tome por idiotas.

Lo pondré en pocas palabras: La TV es una KK

¿Qué es lo que vende en este país? Pues la Belén Estevan y sus estupideces, los culebrones varios, las revistas del corazón, etc. ¿Dónde está la política? ¿Dónde se encuentran esas noticias que de verdad son importantes para los ciudadanos? Grandes preguntas sin respuesta (asumo que las respuestas, como dice la canción se las ha llevado el viento "The answer is blowing in the wind").

Pongo dos noticias y luego analizaré la realidad de los hechos.

Por un lado un pueblo sin médico durante una semana, pues el SERGAS no considera necesario poner sustituto al médico de siempre cuando éste se va de congreso.

Por otro un alcalde que destituye a su teniente de alcalde por problemas internos.

Ambas situaciones se dan ahora mismo en mi pueblo. Y hoy tenemos aquí, en la plaza principal, a las principales cadenas de noticias entrevistando a la gente sobre la segunda. ¿Porqué? Pues porque vende más el hecho de que el alcalde haya destituido al teniente alcalde ya que ambos son familia (hijo y padre respectivamente). 

Al final el hecho de estar sin médico (y por lo tanto sin el derecho de todos a una atención sanitaria) no tiene tanta repercusión mediática como los líos familiares entre políticos. 

¿Qué más da si la gente se muere por no gozar de asistencia sanitaria? ¿Qué importan cuatro viejos que no tienen derecho a sus pastillitas? ¿Dónde está la relevancia de estos sucesos? Lo que busca la gente es a Belén Estevan, y en su defecto, los problemas familiares de dos políticos que, al querer mandar ambos, chocan.

Aquí seguiremos sin médico. Seguiremos con el centro de salud inundado y sin luz (desde el viernes pasado hasta el martes, el centro se inundó por causa del temporal, lo que trajo consigo una sobrecarga de los diferenciales y por lo tanto un corte eléctrico en el mismo, con lo que todos los medicamentos de nevera se fueron al traste y los ordenadores con los que se dispensa la receta electrónica también... y como a los médicos no se les dan recetas ordinarias, no se pudieron recetar medicinas). Seguimos con una deficiencias sanitarias importantes, pero eso no vende... no importa. Después de todo Belén Estevan están con el novio, o el marido o el amante... eso vende más.

Las televisiones mandan a sus reporteros al pueblo, después de analizar lo que ocurre, y así pueden ir de casa en casa entrevistando a quienes les interesan (aquellos que militan en la oposición, aquellos que tienen alguna rencilla personal contra alguno de los dos implicados, aquellos que sólo buscan sus cinco minutos de gloria), así como pasan de todo en relación a lo que de verdad importa. 

¡Vendamos mierda! ¡Es lo que la gente busca y por lo tanto compra!

Qué País.