Cupón Precinto y demás "imposiciones" de la Xunta

           Si bien tenía pensado como entrada para esta semana un artículo (el cual ya tengo medio escrito) sobre la educación universitaria y las responsabilidades de las universidades y el Estado, “va a ser que no”. Hoy, día uno de diciembre, entra en vigor la “orden” de la Xunta referente al corte del cupón precinto (comúnmente llamado “ticket”) de los medicamentos por parte de las farmacias en receta electrónica.

          Pero no es de eso de lo que quiero hablar. Sino de la “letra oculta” detrás de las órdenes de la Xunta. No hace falta ser muy inteligente, ni tan siquiera poseer una gran cultura o conocimientos para ver la verdad detrás de sus propuestas. Resulta que desde marzo nos están diciendo que hay que cortar el cupón precinto en la receta electrónica (lo que no nos dicen es lo que hay que hacer con él… supongo que dan por supuesto que algo se nos ocurrirá, posiblemente algo caro y que tengamos que pagar nosotros) y que ahora en diciembre hay que hacerlo “para ayer”. La cuestión es que seguimos sin saber qué diablos hay que hacer con ese cupón precinto. Antes se tachaba, ahora habrá que tirarlo a la basura. El caso es “seguir órdenes”. Pero claro, y aquí viene la “letra oculta”, en Colegio de Coruña y el de Lugo han dicho que “aceptan” el descuento en AIO (de lo que ya había hablado) a cambio de no cortar el cupón precinto. El de Pontevedra (el de Ourense está con éste, pero ayer, que fue la reunión no se pudo unir, pues con el estado de las carreteras y el hielo y nieve no puedo asistir) lo rechaza pues, la razón de cortar el cupón precinto radica en que hay una ley estatal que dice que así hay que hacerlo, y por lo tanto cuando se ponga en vigor dicha ley, habría que hacerlo de todos modos. Algo que la propia Xunta asume, y dice que para ese entonces, se podría buscar un mecanismo alternativo.

           A lo que voy, a la letra oculta. La Xunta nos está diciendo que “si pagamos”, nos deja no cortar el cupón precinto.

           Es decir, “si hay mucha pasta con eso me basta”.

           Hace tiempo ya hablé de cómo las imposiciones de los políticos impiden el buen funcionamiento de los negocios. Ahora ya no sólo eso… hemos pasado del control a la extorsión pura y dura. Porque, seamos serios, lo que nos están diciendo es: Es obligatorio cortar el cupón precinto… para todos… pero claro… por un “módico precio”…

           Es como cuando se ve en alguna película de la mafia, que unos hombres trajeados se acercan a un comercio y comienzan a comentar que la zona es mala, que si hay mucha violencia, que si el local parece muy inflamable y al final el local paga por “protección”. Lo que a algunos les parece “protección” a otros nos parece extorsión. “Mientras pagues te dejo tranquilo”. Lo bueno de la mafia es que tiene topes. Lo malo del gobierno es que no hay límite para sus ambiciones económicas:

·    Primero las farmacias “pagaron” el coste total de la aplicación electrónica en Galicia a cambio de no cortar el cupón precinto. Ese coste fue casi el triple de lo que costó la receta electrónica en cualquier otra comunicad autónoma precisamente porque se hizo con unas garantías y unos protocolos que control sobre las farmacias “acojonantes”.  Ese coste, íntegramente asumido por las farmacias, no ha sido devuelto por la Xunta. Es decir, que hubo un robo. El dinero no se cobró, pero sí se ahorró… pero ese ahorro para la Xunta (asumido por las farmacias) no fue suficiente, así que luego llegó

·    El descuento por AIO. Un “impuesto revolucionario” en el cual las farmacias, por el mero hecho de dispensar un producto, tienen que pagarle al político de turno su “comisión”. Es como lo de la mafia otra vez… de cada venta, ellos se llevan su parte… claro que en este aspecto, otra vez, se pasan tres pueblos y se llevan más de lo que se gana con ellos. Cada vez que una caja de pañales se dispensa en una farmacia, ésta pierde dinero. Pero parece ser que esto no es suficiente, así que ahora mandan:

·    El corte del cupón precinto… algo que no debería tener nada que hacer en Galicia, por el acuerdo inicial al que se llegó en el primer punto… pues ahora como es “norma estatal”, pues que si no queremos cortarlo, hay que pagar. Más extorsión. Pero ahí no queda la cosa, pues para enero ya viene:

·    Catálogo gallego de medicamentos. Resulta que para unas cosas la “norma estatal” es  “palabra de Dios”, pero para otras es “absurda”. Cuando se trata de cobrar, por supuesto que hay que cumplirla. Cuando se trata de pagar, es un despropósito que el gobierno central intente imponer sus normas. Aquí ya nos llegó el “avance” de lo que significa este catálogo. Por lo que he podido ver por encima, se trata de coger el “precio menor” de todos los medicamentos y decir que es lo único que se va a pagar. Pero no en el sentido de que cualquiera se puede llegar cualquier medicamento, que la Xunta pagará ese precio menor y el resto lo pagará el paciente… no… lo que dicen es que sólo financiarán el medicamento que tenga precio menor. Es decir, una única marca del mercado será la agraciada. El resto (aún cuando sea por medio céntimo) no se financia… y eso en Galicia significa que NO ES DISPENSABLE en farmacias. Como ya nos hicieron en mayo pasado, cuando cualquier medicamento supera el precio de referencia, directamente no se paga nada (antiguamente pagaban el precio de referencia y aceptaban que el paciente pagase la otra parte… ahora ya no pagan nada). Eso significa que a nivel farmacias, éstas no poseerán ningún medicamento no financiable, pues es absurdo tener algo que gasta pero no produce. Con lo que se está garantizando que las alternativas terapéuticas desaparezcan. Además, he visto que muchos medicamentos que “asumen” son “NO SUSTITUIBLES”, es decir, de un margen terapéutico tan estrecho que no hay “igualdad” real entre marcas ni entre genéricos… pues que un médico da uno u otro por motivos médicos, no por motivos económicos. Pues nada, a partir de ahora, también, se da el más barato y que se joda el paciente. Otra más, los estupefacientes entran dentro de esta medida, es decir, que cuando una receta de Durogesic llega a una farmacia, aunque la persona se muera de dolor, para el Sergas, pues que se muera, ya que, por sus propios principios, el farmacéutico no está capacitado para sustituirlo por un genérico, pero la Xunta sólo financiará el genérico. Y la receta de estupefaciente es “dios”, no se puede tocar, no se puede rectificar, no se puede ni tan siquiera mirar… si un médico dice que tiene que ser el Estupefaciente A, pues se le da el A o ninguno. Y como el A (como tantos otros) no es barato precisamente, que se joda la gente.

           Yo entiendo que los políticos quieran mirar por disminuir el gasto. Y más en tiempos de crisis. Pero una cosa es intentar disminuir el gasto, y otra muy distinta es aumentar dicho gasto mediante medidas destinadas al hundimiento empresarial. Pues como sigamos así, TODAS las farmacias de pueblo y aldea se hundirán. No es catastrofismo, sino realidad. Ya lo estamos viendo desde hace tiempo, y parece que los Colegios Profesionales no hacen nada. Sólo aceptan y aceptan y aceptan todo lo que los políticos de turno les dicen.

           Para eso que desaparezcan. Total no sirven para nada (perdón… sirven para sujetarnos mientras los políticos nos dan por culo).

           Y ¿qué hacer ahora? Pues nada, seguir aguantando mientras las cosas van peor y peor y peor. No hay solución, pues la única forma de dialogar con un ente de rango superior es hacerlo por medio del colegio profesional, y resulta que éstos están “a lo suyo”. Por uno que intenta ayudar al colegiado, el resto están “a lo que diga el político de turno”. Y eso no es plan.

           Aún recuerdo un mensaje que la presidenta del Colegio de Pontevedra envió a los colegiados. En esa carta se decía que el Colegio (por orden de la Xunta) tenía como misión “controlar y castigar” a los colegiados y proteger a los pacientes. La protección de los pacientes es función de los farmacéuticos a título personal, no del Colegio. El Colegio (cualquier Colegio Profesional) tiene como función principal defender los derechos de sus colegiados. Pero según el Sergas y la Xunta, su función no sólo no es esa, sino que es la contraria, una función de “caza y captura”.

           Para eso que desaparezcan los Colegios.

           Como diría el Doctor Nick (Los Simpson): “Qué país, en el que inflamable significa flamable”… Ya nada es lo que parece, y en política aún menos. La función de la farmacia es la de pagar, pagar y pagar. Y nada podrá cambiar eso. Mientras más aprietan, y menos nos quejemos (mal que nos pese, así nos va), pues más apretarán todavía. Y a la farmacia rural ya le ha llegado el final. Después de esto, a finales del año que viene, si no se soluciona, la farmacia rural en Galicia habrá desaparecido por completo.