viernes, 5 de noviembre de 2010

Soluciones a la crisis

            Estos días estuve pensando (ya sé que es malo y que no se debe hacer, que se empiezan a tener ideas raras y luego dejamos de obedecer como borregos a los políticos… cosa mala) en cómo podríamos salir de la crisis. Y se me ocurrieron unas cuantas soluciones, algunas realizables y otras no (aunque más apetecibles, la verdad) y que quisiera hoy compartir con todos vosotros, a ver si así, entre todos, podemos llegar a alguna conclusión más factible y aceptable por la sociedad.
1.- Solución Política.
            Esta solución es complicada de realizar (además de que no creo que los políticos estén por la labor). Se trataría de enviar un barquito grande (muy grande), lleno de políticos (tal vez necesitemos varios barcos) al medio del atlántico. Una vez allí hundirlos.
Vale… tal vez no acabe con la crisis, pero qué a gusto nos quedaríamos la mayoría.
2.- Solución Económica.
            Ahora que ya me he desahogado un poco, y dejando las bromas (ah, pero… ¿lo anterior era de broma?) a un lado. Una posible solución a la crisis es por vías económicas. Después de todo esta crisis es económica. Simple y llanamente es que no hay dinero. Pues la solución es fácil. Donde no hay dinero, meterlo. Pero eso sí. Meter dinero REAL. Nada de tonterías contables falsas, que aquí ya no nos creemos nada.
            Me intentaré explicar. Resulta que a día de hoy, el dinero que existe y el que dicen que existe no coinciden. Aproximadamente hay un desfase de un 6 a 1. Por cada euro (o dólar, o yen, o lo que sea) que existe real, hay unos 6 euros (o la moneda que sea) falsos circulando en el ciberespacio. Pues el dinero ya no es un papel o una moneda, son apuntes de ceros y unos en ordenadores. Esos apuntes económicos, al no ser reales, sirven para que los bancos puedan prestar dineros que no tienen, pero eso sí, luego a la hora de cobrar, lo exigen como si fuera real.
            Si los encajes económicos fueran del 100%, es decir, que si nos dicen que hay 100 euros es porque hay 100 euros (y no como ahora que si nos dicen que hay 100, a lo mejor reales hay unos 30). La crisis seguiría existiendo (y habría ocurrido igual, no nos engañemos), pero a una escala muchísimo menor, pues el problema que tuvimos fue que los bancos no pudieron hacer frente a deudas, pagos y cobros precisamente porque el dinero no existía. Con un encaje del 100% cada cual sabría exactamente cuanto tiene y cuanto puede gastar.
            Una solución sencilla (aunque utópica) para salir de la crisis. Lástima que ningún gobierno la apruebe jamás. Hay demasiados intereses creados por parte de los bancos para que se lleve a buen término.
3.- Solución Laboral
            Vale que para solucionar la crisis a nivel laboral hay que aumentar el número de puestos de trabajo y mi solución empieza por aumentar el número de parados, pero antes de que se me tiren al cuello los perros, por favor, seguir leyendo hasta el final (luego además de perros, vendrán tiburones de tierra y demás familia, pero eso es otro cantar).
            Si en España tenemos 45 millones de habitantes (más o menos) y más de 4 millones de funcionarios, es que las cosas no “funcionan” bien. La primera medida sería eliminar todo el sobre-exceso de burocracia que nos inunda. De esos más o menos 4 millones de funcionarios que tenemos sobran unos 2,5 millones (asín a ojo). Por lo que se aumentaría el número de parados en esa cantidad (que no está mal).
            Luego tendríamos que cambiar unas cuantas leyes absurdas. Por poner un ejemplo, esas que dicen que cuanto más trabaja y más se rinde, menos se cobra. De esas que dicen que a mayor responsabilidad del puesto, menor salario. Como esas que dicen que cuanto menos se trabaje y menos responsabilidad se tenga, mayor es el estipendio recibido. Y no estoy de coña.
            Como ya expliqué en mi anterior entrada en el blog (si bien era centrada en otro tema), el sueldo medio en España es de unos 1500 euros mensuales. Y con eso no se va a ninguna parte. Si aquí a un trabajador se le paga en función de su trabajo, responsabilidad y productividad, pero esos “extras” no le aportan un beneficio considerable, nadie va a quererlos. Por tener que trabajar más, por tener que asumir unas responsabilidades, por tener que demostrar una productividad mínima, al trabajador se le premia con una miseria. Entonces… ¿para qué asumir esos “extras”? Si tenemos que el sueldo final del trabajador no va a cambiar, haga lo que haga, lo que obtenemos es que dicho trabajador hará lo menos posible. Es una cuestión de matemáticas elementales (al menos en mis tiempos, tal vez ahora con la ESO ya no se den las matemáticas básicas… que no sé yo).
            El individuo tiene que sentir y asumir el valor real de su trabajo. Si a todos los trabajadores se les trata igual, con independencia de lo que hacen, obtenemos que todos harán lo que el que menos hace haga (parece un trabalenguas, pero es la realidad). Si cada uno recibe en función de su productividad real, todos buscarán aumentar su productividad para así cobrar más.
            Y eso no es cosa de la empresa, sino del Estado. Pues aunque la empresa aumente sueldos en función de los “extras”, mientras “papacito Estado” siga cobrando cantidades astronómicas de impuestos, la realidad sigue sin cambiar. A un trabajador que en “bruto” se le pagan 1000 euros, en “neto” le quedan unos 800 (más o menos). A un trabajador que en “bruto” se le pagan unos 2000, en “neto” se le quedan en unos “1200”… pues como que no hay tanta diferencia.
            Es decir, que mientras a un trabajador no se le otorgue en función de lo que hace de verdad (y más importante que él lo perciba de verdad), no saldremos de este país en el que cuanto menos haces más cobras.
4.- Solución Educativa
            Es la a más largo plazo de todas. Se trataría de empezar a educar a los niños de ahora para que cuando sean adultos vean el mundo de una forma real, y no de una forma “ficticia” como nos hacen creer ahora.
            Y no estoy de broma, a los niños de hoy en día se les educa en unos principios que son muy “bonitos” y “buenrollistas”, pero totalmente absurdos a nivel de vida real. Esa educación que se les da, siempre basada en los mínimos (cuando en la clase hay 20 alumnos, el nivel lo marca siempre el más bajo de todos ellos, de forma que a todos se les educa como a subnormales, con perdón de los pobres subnormales, que no tienen culpa), busca un aborregamiento de la sociedad futura. “Si los niños no aprenden a pensar, cuando sean adultos, serán más fáciles de controlar, más dóciles y se tragarán todo cuanto les echemos”.
            Hay que empezar a cambiar estas mentalidades. De niños se nos enseñó a odiar todo cuanto signifique “dinero”. Ese enemigo invisible que corrompe a las personas. Pero es que sin ese “maldito bastardo” no se puede vivir. Estamos en una sociedad mundial (ya no española) que vive por y para el dinero. Y educar a los niños en una mentira sólo trae desgracias.
            Una educación basada en la realidad es más propia. Una educación que busque el conocimiento “real” del mundo, y que permita a los niños pensar en esa realidad. Pues si los niños aprenden a pensar, cuando sean adultos podrán adquirir ideas “propias”, ideas “individuales”. Y con esas ideas podrán decir lo que quieran. Podrán ser capitalistas, podrán ser comunistas, podrán ser anarquistas, podrán ser lo que quieran ser, pues será por sí mismos por quienes piensen.
            Esa libertad individual es el futuro. Cada persona es libre de pensar lo que quiera. Cada persona es libre. Ahora mismo la educación nos ha llevado a un pensamiento global (al menos a nivel país español) en el cual sólo hay dos colores políticos. El blanco (los buenos, los molones, los que promueven la libertad, el buenrollismo, etc.) y el negro (los malos, los cabrones, los dictarores, los asesinos, los bastardos, los represores, etc.). La Izquierda y la Derecha.
            Y si tenemos esas ideas preconcebidas de debe a que así se nos ha educado (de forma más velada en mis tiempos, de forma totalmente directa en los actuales). Pero a los que aún nos gusta pensar por nosotros mismos (lo sé… somos pocos, pero hay que soñar con que algún día seremos suficientes como para mover el mundo) vemos que no hay dos colores… hay sólo uno. Un gris más oscuro o más claro… pero en ambos casos idéntico a nivel políticas:
·         Cuando la derecha gobierna: normas imperativas, control del individuo, represión de libertades individuales, aumento de poderes políticos…
·         Cuando la izquierda gobierna: normas imperativas, control del individuo, represión de libertades individuales, aumento de poderes políticos…
Después ya se entra en el terreno personal de cada partido. Pero en el fondo, se obtiene más o menos lo mismo. Los primeros de forma que la gente lo ve como algo malo. Los segundo de formas que la gente ve como algo bueno.
Mientras no se cambie la forma de pensar (en realidad, mientras no se empiece a pensar) nada cambiará. Y claro… a ningún partido político le interesa esto (cuanto más idiotez entre las masas, más votos seguros).

----------

En resumen. De todas estas soluciones me quedo con la primera. Después de todo, ninguna se llevará a cabo jamás, y ya puestos a soñar… pues soñar es gratis (aún)

2 comentarios:

el Turco dijo...

Creo que haces un buen esbozo de por donde hay que empezar... Si bien, como la solución política que planteas, es arriesgada (jejeje) Habría que añadirle un plan B, que también apuntas con lo de los funcionarios: Tenemos un problema de obesidad estatal. Hay que adelgazar por narices y cambiar a una dieta muuucho más liberal.

Saludos
Mi blog: Comentarios Otomanos
Mi web: Grupo Sinertec

Gangrol dijo...

¿Qué mejor "dieta" que tener a los funcionarios como "tripulación" de esos barquitos?

Matamos (literalmente) dos pajaros de un tiro XD

Miau