jueves, 11 de noviembre de 2010

El Fin de las Farmacias


Ayer por la noche recibí un correo electrónico de la Presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de la provincia de Pontevedra. En ese correo nos hablaba de cómo van las negociaciones entre los distintos colegios de farmacéuticos de Galicia con el SERGAS.

Después de leerlo (así como también leer los archivos adjuntos al mismo, copias textuales de las distintas comunicaciones entre ambos estamentos) he llegado a una conclusión muy sencilla. No se puede hablar de negociación, sino de imposición. El SERGAS manda y los pobres mortales obedecen. Y que no se les ocurra no hacerlo, pues la “ira de dios” caería sobre ellos.

Y que nadie me llame extremista por estas palabras. Ahora mismo soy realista. Es el intervencionismo del estado. Como siempre. Resulta que antes había diferencias entre “Papacito Estado” y “Mamacita Comunidad Autónoma”. Esos líos de competencias y demás. Pero como estamos en crisis y no hay dinero en las arcas de ninguno de los dos, pues hay que tomar medidas. Así como el primero había dado las competencias a la segunda en el tema sanitario, ahora recupera parte de esas competencias (sobre todo las referentes a ganar dinero) quitándoselas a las comunidades autónomas. Pero claro, éstas tampoco tienen dinero y necesitan más… así que asumen que lo que hace “Papacito Estado” está bien, pero que no piensan renunciar a su parte del pastel.

El ejemplo al que me refiero es el de los AIO. Desde el RD 8/2010, “Papacito Estado” ha dictaminado que los “Absorbentes de Incontinencia de Orina” (comúnmente llamados “pañales” pero claro… no es “políticamente correcto”) son un bien de interés público y por lo tanto el Estado tiene que cobrar por ellos (¿?¿?¿?¿?¿?). Desde hace años la Xunta (al igual que todas las comunidades autónomas antes de ese RD) cobraba por cada unidad de AIO que se dispensaba en una farmacia. Ahora  “papacito Estado” cobra… pero la Xunta no quiere perder su prebenda y también cobra. Así que en número redondos, para que sea más fácil de entender (en realidad hay decimales, pero lo que sale de un lado se mete en otro, y al final es bastante fiable esta aproximación) pondré lo que ocurre:
El AIO cuesta X a la farmacia y se vende por Y. La diferencia en porcentaje de ambos es de un 30 % (aproximado, en realidad es menor)
La Xunta (el Sergas) dice que eso no puede ser, que es mucho, que se está jugando con la dignidad de la gente mayor y que por lo tanto las farmacias tienen que aportar su granito de arena al sostenimiento del sistema. En resumen, que paguen por cada AIO dispensado un 20%.
El Estado dice que estamos en crisis y que el sistema de salud está mu malito y necesita de la ayuda de todos, por lo que las farmacias tienen que pagar un 20% (¿dónde queda ese “todos” del que hablan?).
Usando las matemáticas que cualquiera aprendió en su más tierna infancia (al menos en mis tiempos, que ahora la educación deja bastante que desear… pero esa es otra historia y deberá ser contada en otro momento) a mí no me salen las cuentas. Resulta que por cada AIO dispensado, la farmacia pierde dinero. En lugar de “ganar” (que palabra tan fea) un dinero por cada dispensación, la farmacia ha de “pagar” (que palabra tan bonita, que sonido tan mágico, que “solidaria” que suena) por cada AIO que se mueve. De nada importa que ocupen un montón y que haya que destinar un almacén a los mismos, de nada importan las horas que hay que dedicarle al negocio, de nada importa el trabajo que se le dedica a la farmacia y a los pañales. Según Sergas y Estado, la farmacia ya gana mucho por otras vías y se compensa con esas pérdidas.

Claro… así cualquiera da un argumento. Cuando algo no tiene defensa posible en ningún idioma, pues se deja de hablar y punto. Se obliga a que los demás se callen, por imposición legal. Así ya nadie puede decir nada. Y si nadie dice nada, pues significa que se da la razón por silencio positivo, que dirían los leguleyos. Qué curioso, ¿verdad? Es la ventaja de que las leyes las hagan unos políticos cuya única misión en la vida es ganar dinero (que bien suena cuando se trata de ellos…).

Pero volviendo al tema, pues eso no es todo. Lo de los pañales no es más que la punta del iceberg. Al margen de las bajadas de precios (que tanto aprecia la gente, sin darse cuenta de que lo único que se consigue con eso es destrozar un sistema que se puede sustentar por otras vías, pero que supondría una mayor implicación de la sociedad, como es el copago, por ejemplo, como sería la eliminación de burocracia inútil…) y de las demás medidas impositivas, otra de las cosas que quería comentar es lo del cupón precinto. El “ticket” de toda la vida.

En Galicia, con lo de la receta electrónica, se llegó a un acuerdo entre SERGAS y Colegios Farmacéuticos. Las farmacias pagarían “íntegramente” los costes de implantación de receta electrónica (única comunidad que lo hizo… el resto lo pagó cada servicio de salud, o bien entre farmacias y servicios de salud) y a cambio el SERGAS se comprometía a eliminar la necesidad de cortar el cupón precinto. Después de todo, gracias a la informática quedaría registrado en todo momento las acciones de las farmacias.

En vista de que este sistema de receta electrónica no era demasiado “ahorrativo” para el SERGAS, decidieron imponer otro sistema para evitar el corte del cupón precinto. La pizarra electrónica (que también tienen que pagar las farmacias) en la que el paciente ha de firmar cada vez que se lleve alguna medicación. Esta medida sólo fue aceptada por los colegios de Coruña y Lugo (aún no entiendo el porqué). En Pontevedra y Ourense se sigue como siempre.

Pero nada… no se ahorra lo suficiente según el SERGAS, así que a partir del 1 de noviembre (la nota “obligatoria” la recibió el Colegio el día 29 de octubre) es obligatorio cortar el cupón precinto. Y de eso me entero hoy día 11 de noviembre. Como siempre, las cosas de palacio van despacio, pero esto es absurdo. De todas formas se ha prorrogado el plazo ya que fue muy de “improviso”, así que dan la orden imperativa de cortar los cupones a TODAS las farmacias de Ourense y Pontevedra a partir del 1 de diciembre. A las de Coruña y Lugo, como tienen la pizarra (es decir, que como se bajaron los pantalones ante el SERGAS, pues se las trata mejor) sólo el 30% tienen que hacerlo y será progresivo hasta alcanzar el 100%.

Lo que decía. Los políticos y sus dictaduras. Mandan, Ordenan y Hacen Saber. Y si no te gusta, te jodes.

Yo diría que, ya que no cumplen con sus compromisos (como lo de no cortar cupón precinto), pues que asuman los gastos ocasionados a las farmacias, que devuelvan todo el dinero que a nosotros nos robaron y ellos ahorraron. Es lo justo… pero como suele ser, en política, la palabra justicia sólo existe cuando la usan ellos y para lo que ellos quieren.

Y lo peor de todo es que esto no es más que el principio. Como en Galicia las farmacias están en manos de gente mayor, que ya tienen sus vidas resueltas, que no tienen problemas con todo esto (sigue la típica mentalidad gallega, mal que me pese reconocerlo, pues yo soy gallego, es verdad) pues siguen en sus trece de “acepto todo lo que me echen pues podría ser peor”… y al final siempre es peor. Pues como se dejan hacer lo que sea, al final siguen y siguen y siguen… incordian y siguen incordiando, hasta que ya no se puede más y todo se rompe. El problema es que ya no se puede más. Y este sistema está a punto de romper. Pero con las normas y leyes actuales, en las cuales el que manda (Xunta, Estado) impone condiciones imposibles de cumplir, de forma que, como son imposibles de cumplir, siempre quedan las multas por incumplimiento (más dinero para “papacito Estado”).

Y las respuestas de los mandatarios a cualquier pregunta sobre pagos y cobros me recuerdan un viejo chiste:

Dos frailes en el monasterio, fumadores ambos, tenían una duda sobre si fumar era pecado o no. De forma que van a preguntar al prior.
El primero sale con cara compungida pues a la pregunta: “¿puedo fumar mientras rezo?” el prior le respondió “Insensato, eso es casi un acto de blasfemia, pues al rezar se tiene que estar pendiente de Dios y nada más”.
El segundo sale con cara de felicidad pues a la pregunta: “¿puedo rezar mientras fumo?” el prior le respondió “Por supuesto, hijo mío, cualquier momento es bueno para rezar”

A la hora de “pagar” el Estado trata a las farmacias como un ente público, de forma que se paga lo mínimo.
A la hora de “cobrar” el Estado trata a las farmacias como un ente privado, de forma que se cobra siempre lo máximo.

La solución es sencilla. Hacer a las farmacias totalmente públicas o totalmente privadas. El “mito” de la privatización de las farmacias es sólo eso, un mito. Si se privatizan del todo (y por lo tanto quedarían al margen de los tejemanejes del Estado), la funcionalidad de las mismas dependería exclusivamente de su buen hacer profesional, con lo que se mejoraría el servicio y se añadiría calidad al mismo. Si se hacen totalmente públicas, se ahorraría muchísimo dinero de las arcas públicas al ser un servicio más.

Problemas de ambas soluciones.
Privatización: La farmacia rural desaparecería. Pues cada vez más no compensa económicamente tener una farmacia en un pueblo. Sobre todo desde que los pueblos desaparecen al morir los viejos y no haber jóvenes. La farmacia de ciudad tendría un pequeño almacén como “farmacia” y un gran espacio como “supermercado”, ya que el auténtico beneficio económico de las farmacias está en todo lo que no sea medicamento. Y por último, que ante la posibilidad de ganar más, se dejaría un poco de lado la profesionalidad farmacéutica para dejar paso a la profesionalidad empresarial, de forma que todas esas funciones no remuneradas que ahora cumplimos pasarían a desaparecer o bien a cobrar por ellas.

Ente público: Se aumentaría la presencia de “farmacia” en todos lados, pero desaparecería el concepto “parafarmacia” (eso es privado del todo). El Estado tendría que gastar muchísimo dinero de entrada para poder, a largo plazo, ver como se rentabiliza en un ahorro constante. El público lo vería mal, pues donde ahora en las farmacias se solucionan muchos problemas, al transformarse en funcionarios, lo importante sería la “norma”, y no su esencia, de forma que se alargarían los procedimientos, se pondrían trabas a todo y se trataría mal al paciente (no de “facto”, pero sí por defecto… aumento de tiempos de espera, cumplimiento absoluto de normas absurdas, etc.) Y al final lo único que lograría cualquier gobernante que pusiese en práctica esta medida sería perder las siguiente elecciones de forma asegurada.

Por lo tanto ¿qué hacer? Mejorar el sistema actual es la única solución. Pero los gobernantes se dedican a incordiar y a poner más y más normas absurdas con el único propósito de ganar más dinero. Al final se arruinará el sistema. Pero claro, como los de arriba son muy listos, ya tienen la forma de salir. Todo lo que han hecho ha sido de forma que si ahora se hunden las farmacias, la culpa la tendrán sólo las farmacias. Claro… como “ganan” (esa palabra maldita) mucho.

Que venga cualquiera y que asuma la función de un farmacéutico. Que trabaje un mínimo de 65 horas a la semana, sin vacaciones ni pagas extra. Que tenga en sus hombros la responsabilidad que tenemos. Que tenga que hacer funciones de médico, psicólogo, confesor, químico, economista, abogado y en muchas ocasiones policía, además de las de farmacéutico… A ver cuánto dura antes de abandonar.  Pues para esto, además de tener que tener vocación, hay que tener una rentabilidad. Si esto no es rentable, se deja y adiós. Y el año que viene (ya no es una previsión de futuro, es un hecho real) se verá como ha afectado a la farmacia todo lo que han hecho.
El cálculo actual es una pérdida de beneficio del 30%.
Si las farmacias tienen un margen de beneficios del 27,9% en medicamentos.
¿Cuánto hay que pagar al Estado por vivir? ¿Más de lo que se gana?
Como dicen ellos… se gana mucho por otros cauces. ¿Qué cauces son esos? Porque en farmacias rurales la parafarmacia no es más que un “extra” que en la mayoría de los casos no llega al 10% de las ventas totales. ¿Compensa? Yo creo que no.
Y aún así siguen apretando
Y aún así, a los viejos farmacéuticos de esta tierra les da igual. No protestan ni actúan porque “podría ser peor”.
Y yo digo… ¿peor? ¿qué podría ser peor? ¿cómo?
Hay que actuar ya, antes de que esto ya no tenga salida. Antes de que nos veamos todos en el paro por culpa de unos políticos corruptos que ven como sus sueldos no paran de subir mientras el país se hunde.
Pero mi voz no llega a ninguna parte. No hay salida a esta situación. Mientras los de arriba sigan viviendo bien a costa de los de abajo, nada nos queda.
Recordad mis palabras. O cambia esto “a la de ya”, o en dos años las farmacias rurales en España desaparecerán por total y absoluta quiebra. Y que las farmacias de ciudad no se confíen, pues si no se ponen las pilas a nivel parafarmacia, también seguirán el camino.

Qué país.

5 comentarios:

Mr. Yzquierdo dijo...

No puedo estar más de acuerdo con Gangrol en este tema que a mí me afecta de igual forma. Las cosas son así de claras y meridianas y el problema no tiene visos de solución, por contra entre los Colegios y el SERGAS lo complican cada vez más. Porque la posición de los Colegios ha sido la total sumisión a las imposiciones de la Consellería desde el principio (quizá esperando una correspondencia que no ha sido así)y no espero que se produzca ninguna reacción diferente en esta ocasión que la de agachar una vez más la cerviz y hacer lo que dice el sergas, dejando a los farmacéuticos totalmente indefensos. Farmacéuticos que por otra parte se han buscado muchas veces por su actitud y su falta de corporativismo el llegar a situaciones como esta... Siendo unos sinvergüenzas para tratar de joder a sus compañeros han terminado jodiéndose a ellos mismos y ahora estamos como estamos. Sin olvidar la culpa de la Administración que siempre ha recortado por el mismo sitio y ha pretendido y pretende hacernos "funcionarios por cuenta propia" es decir, manejarnos a su antojo y hacer el trabajo sucio pero sin dar nada a cambio. Por cierto, en Coruña no tenemos esas pizarras para que firme el paciente pero tendremos que volver a cortar cupones como todos los demás (por cierto que siguen sin saber qué van a hacer con ellos...) Ya hablaremos largo y tendido cuando nos veamos... Yo sólo veo una solución y es la de ponerse serios, unirse y protestar por una vez en la historia...

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Yo estoy a favor de la privatización. El dinero que se quita a los trabajadores para pagar la Seguridad Social y las vacaciones es una de las grandes conquistas sociales, cuando precisamente les perjudica a ellos mismos, porque con ese mismo dinero podrían acceder a una sanidad privada mejor y eficiente, en todos los sentidos.

Lo que se podría hacer como paso intermedio y graduar para conseguir esa ansiada sociedad libre es repartir unos bonos a la gente que no pueda acceder al principio a la sanidad privada, hasta que sean autosuficientes.

El problema sería las pensiones de viudad, etc... Yo abogaría por un sistema de capitalización y un 25 % del dinero que fuera para una hucha común mientras la gente no ahorre - por falta de margen, no se puede cambiar todo en un día - por sí misma para ellos o su familia.

Pero bueno... esto no va a suceder. Tienes razón.

Saludos.

Aparicio dijo...

Me encanta lo de "mamacita comunidad autónoma". Tienes razón en todo lo que dices. Wl proteccionismo gremial se disfraza de coherencia racional para que lucre a gusto unos cuantos.

Gangrol dijo...

A Mr. y
Yo sólo comenté lo que Alba (la presidenta del Colegio de Pontevedra) dijo. Así que supongo que los acuerdos firmados por el Colegio de Coruña son sólo papel mojado... con razón, pues menuda estupidez.
En lo de que nos hemos buscado la ruina nosotros mismos, tienes toda la razón. Como expongo en el post, los farmacéuticos de esta tierra son idiotas. Buscan un beneficio económico donde no lo hay, y con ello se han cavado su propia tumba... pero lo peor es que a ellos no les pasará nada, pues tiene la vida resuelta, y los que nos comemos el marrón somos los jóvenes que llegamos en la peor época posible para esta profesión, que lo único que heredamos es el "mal hacer" que nos han legado.

A Miguel
La privatización es una solución que no tardaremos en ver (y no soy pesimista, sino realista) pues al paso que vamos es la única solución que les queda a los políticos para salir del paso (pues de esa forma echarán las culpas a las farmacias y ellos saldrán de rositas después de que se hunda este sistema). Pero con esa privatización lo único que se logrará será matar (y sí, uso esa palabra con todas sus connotaciones) a la población, pues cuando no puedan pagarse los transportes a las farmacias, cuando no puedan costearse los medicamentos, cuando no puedan tratarse bien, morirán. Y no hablo del futuro lejano, que ahora ya lo estoy viendo, que con receta electrónica (ese gran invento a la hora de matar gente), como la gente no puede costearse ahora el desplazamiento a la farmacia cada día (en receta electrónica o se va el día que marca el papel o se joden), pues muchos dejan de tomar su medicación (algo que ya está pasando ahora mismo, y que al SERGAS le encanta pues ahorra dinero).

A Aparicio
Ten en cuenta que en España, con este pseudofederalismo que tenemos, hay dos Estados, la mamá Comunidad Autónoma y el papá Estado Central. Y como en toda buena "familia feliz" no se pueden ni ver, y sólo sirven para tocar los güebos a duo a los hijos (los currantes de a pie). Doble estado, dobles impuestos, dobles tasas y mitad de servicios. Lo de siempre

el Turco dijo...

En principio, y como no puede ser de otra manera, yo privatizaría el servicio.

Bien cierto es el problema que planteas del nivel rural, pero en cualquier caso, es un mercado al que hay que atender y que organizándose entre varios por ejemplo, podría hacerse. O a través del los colegios. O con cheques sanitarios. O colocando las farmacias junto a los ambulatorios... Soluciones hay unas cuantas.

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