lunes, 15 de noviembre de 2010

Egoísmos y otras "lindezas"

En vista de ciertos comentarios que hacia mi persona se han vertido en otro blog, referentes a mi opinión sobre la visita del papa a Santiago de Compostela y lo que dicha visita significó para los habitantes de ciertas zonas, quiero dejar constancia aquí de varias cositas. Principalmente porque, como todo aquel que me conozca sabe de sobra, cuando me pongo a hablar (o a escribir, como es el caso) me suelo perder de mala manera y “se me va la olla” mucho. Además porque quiero analizar en profundidad una de las palabras usadas (usada por mí, pero no es más que la traducción de lo “políticamente correcto” a lo real; pues decirle a alguien que sólo mira por él y que debería mirar por los demás, es en una palabra ser “egoísta”).

Aquí queda el enlace a dicha noticia y a los comentarios a la misma

En un primer comentario se me tacha de egoísta. En un segundo comentario se “disculpa” mi egoísmo, al tiempo que se insinúa que por el mero hecho de vivir en una determinada ubicación, ya somos susceptibles de ser terroristas y asesinos que vamos a atentar contra el papa.

Yo pensaba que en un país democrático (aún cuando yo, a título personal, piense que esta democracia no es más que una dictadura encubierta) la presunción de inocencia es uno de los pilares de la sociedad. Y ahora resulta que cuando se mete la religión por medio, ya no existen derechos básicos y se nos puede tratar con total impunidad.

Y no me vale el argumento de que “podría” alguien intentar atentar contra la vida de ese señor… ese “podría” es un condicional, y por lo tanto también se “podría” argüir que la gente “podría” NO intentar atentar contra su vida. Además, Santiago de Compostela es una ciudad que ha acogido a multitud de personajes más o menos famosos y más o menos influyentes, y en todos los casos el comportamiento de las fuerzas de seguridad fue más normal. No se “exilió” a nadie de la ciudad. Y en todos esos casos también existían riesgos de atentados. Porque creo recordar que, por poner un ejemplo, la familia real es objetivo de bandas terroristas… y no por ello cuando vienen se monta este despropósito.

Porque, al menos yo, pienso protestar igual de fuerte, sea quién sea el que venga, si se monta otra igual. Es irrelevante que venga el papa, que venga el dalai lama, que venga el presidente del gobierno o que venga Perico de los Palotes. Si vienen, que lo hagan con las medidas de seguridad oportunas y adecuadas, por supuesto… pero que dejen tranquilos a aquellos que sólo tienen como delito el vivir en cierta zona.

Lo que ocurre es que como el que vino fue el papa, mi protesta sobre unas medidas de seguridad desproporcionadas y totalmente exageradas, se ha visto “empañada” por la fe religiosa (en mi caso más bien la ausencia de ella). Si hubiera venido Zapatero, si hubiera venido Rajoy, si hubiera venido Putin, si hubiera venido El Señor X o si hubiera venido Obama y se hubiera montado ese caos, bien que habría millones de personas protestando… pero como el que vino fue el papa, a callar y otorgar. Pues lo siento mucho pero no me da la gana.

Y sobre lo de mirarme el ombligo… si va porque estoy gordo y tengo mucho ombligo que mirar, “po fale”. Si va como alusión a mi comentario… ¿acaso los católico-apostólico-romanos que tanto os flagelais porque nos metemos con la visita del papa no estáis haciendo lo mismo? Pues bien puede extrapolarse el comentario hacia el lado contrario… si dejaseis de miraros tanto el ombligo y os fijaseis en lo que vuestra actitud ocasiona en los demás, otro gallo cantaría. Y precisamente con la protesta justa y lógica es como se logran las cosas. Callándonos sólo obtendremos más de lo mismo. Y yo no me voy a callar. Y menos aún después de que se me acuse de “presuntamente poder ser un supuesto terrorista”. Y la única “prueba” que dan de ello es que vivo en cierto número de cierto edificio de cierta calle. Y lo peor es que asumen que con eso llega. Si esto sigue así… mal vamos.

Ahora que ya me he desahogado un poco, voy a explayarme un poco más (Nooooo… más aún noooooooo) sobre el significado de la palabra Egoísmo.

¿Qué es el egoísmo?
No voy a poner una definición de la RAE pues desde su último comunicado ya no los considero representantes del idioma en el que escribo, y soy demasiado viejo como para aprender uno nuevo (y sí… para mí la “Y”, nunca será “ye”, sino “i griega”). Así que daré una definición “propia”. Para mí, egoísmo es la cualidad humana que nos permite prosperar y crecer como personas. Es la propiedad humana que nos define desde que nacimos hasta que morimos. Es una de las cualidades que nos ha permitido evolucionar como especie. Es la cualidad que nos permite ser solidarios y justos. Al mismo tiempo es la cualidad que nos impulsa a las mayores maldades y atrocidades. Es la propiedad que ha creado imperios dictatoriales y represores, al igual que grandes sociedades de librepensadores.

Puede parecer incongruente e incluso absurdo, pero intentaré explicarme mejor.

El egoísmo es una cualidad que hace al ser humano pensar sólo en sí mismo. Es su beneficio personal. En su bienestar propio. No niego eso. Pero si analizamos lo que significa “beneficio personal” o “bienestar propio”, tenemos que hay cosas que cada persona puede hacer por sí mismo, mientras que otras jamás logrará trabajando sólo. De forma que, para obtener ese beneficio personal, se alía con y ayuda a terceros. El resultado final es que varios, cada uno de ellos egoísta, logra lo que por separado no pueden lograr y así, cada uno de ellos, obtiene ese beneficio individual, que tiene la ventaja de ser, al mismo tiempo un beneficio colectivo.

Otro ejemplo: la solidaridad y el altruismo. Recuerdo de mis años mozos, cuando en la escuela se nos enseñaban palabras sinónimas y antónimas, y el ejemplo que se solía dar era precisamente “Egoísmo es antónimo de Altruismo”. Después de muchos años, he llegado a la conclusión de que eso no es así. No son antónimos. Más bien el altruismo es una consecuencia del egoísmo.
¿Por qué ayudo a los demás? Pues puede ser por varios motivos… porque me obligan (léase “papacito Estado” y sus impuestos), porque me sirve para desgravar, porque me lo exige mi fe, porque me siento bien conmigo mismo al hacerlo... Salvo en el primer y tercer supuesto, que es algo “obligatorio” y por lo tanto no importa nada lo que nosotros queramos por dentro, en el segundo y cuatro supuestos es puro y duro egoísmo. El hecho de que ayudar me sirva para desgravar significa que lo hago porque con ello “YO” gano algo (en este caso pagar menos a “papacito Estado”). El hecho de ayudar porque “YO” me siento bien haciéndolo… pues más de lo mismo, “YO”… “EGO”… Egoísmo.

Analicemos lo que analicemos, siempre podremos ver la vertiente egoísta en cualquier acción. Y es precisamente porque somos egoístas que hemos llegado a donde estamos. En épocas de bonanza porque el egoísmo colectivo (yo ayudo a los demás para que al mejorar todos yo mejore) fue fuerte. En épocas oscuras porque el egoísmo individual (yo hundiré a quién sea con tal de posicionarme por encima de los demás) fue más fuerte.

Pero no nos engañemos. Todo es egoísmo. Uno (egoísmo colectivo, pues hace evolucionar a la humanidad hacia un lugar mejor) estará mejor que otro (egoísmo individual, pues suele ocasionar lo contrario). Pero ambos son egoísmos.

Y creo que por hoy ya he “desbarrado” bastante ;)
Pd.- Espero haber “contestado” a las acusaciones de “terrorismo” del otro post con contundencia. De no ser así, por favor, avisadme que seguiré “dando caña”.

1 comentario:

el Turco dijo...

Egoísmo es una palabra con muy mala prensa, aunque estoy de acuerdo en tu planteamiento.

Creo que nos olvidamos de muchas cosas, hasta de lo que somos. Somos un "animal gregario" o "político" en cualquier caso, con sentimiento de grupo. Es pura biología. Puro instinto de supervivencia, por lo que el egoísmo más furibundo, exige, en muchos casos, la cooperación con los demás.

Mezclamos churras con merinas y creemos que por poder pensar ya no somos lo que somos.

Mi blog: Comentarios Otomanos
Mi web: Grupo Sinertec