lunes, 23 de febrero de 2009

Formas de Ver el Mundo

Es curioso como cambia la opinión de la gente según se cuente una historia. El mero hecho de escuchar permite obtener una perspectiva de lo que se cuenta y esta perspectiva dependerá, más que de la historia en sí del cómo se cuente.

Así por ejemplo pondré la siguiente historia:

En un aeropuerto hay un grupo de personas que se dedican asqueadas a pasar el tiempo mientras esperan que los distintos vuelos salgan hacia su destino y por fin les toque el turno a ellos. Durante muchas horas se quedan sentados en las incómodas sillas que tienen a su disposición (al menos aquellos que tienen la suerte de haber encontrado sitio)... hasta que llega el momento esperado, una voz por megafonía les avisa que el vuelo está dispuesto en pista y sólo han de pasar a sentarse dentro del avión.

Recorren el aeropuerto con rapidez, mientras con lentitud avanza la cola que les permitirá por fin sentarse. Se van colocando en los respectivos asientos ya más calmados, pues aunque aún haya retrasos, el hecho de estar sentados dentro del vehículo les da una sensación de seguridad que antes non tenían.

Por fín podrán disfrutar de sus merecidas vacaciones.

El avión despega y se dirige al destino... pero antes de llegar se desvía y aterriza en otro aeropuerto. Los pasajeros no saben que ocurre, nadie les dice nada, se quedan en silencio, esperando que alguien les de alguna explicación de lo ocurrido... pudo haber sido el mal tiempo, pudo haber sido la niebla, pudo haber sido... cualquier cosa. Pero nada sale del megáfono. Sólo silencio.

El temor empieza a cobrar vida entre el pasaje, ¿y si han sido secuestrados? pero así como viene el miedo, así se va pues no hay armas ni amenazas ni nada por el estilo. En pocos minutos aparece un axiliar de vuelo que comenta que ya pueden desabrocharse el cinturón y proceder al desembarco, que una vez en tierra ya recibirán las explicaciones pertinentes.

El miedo es sustituido por la intriga, por la suspicacia... y por la irritación. Aunque al menos se mantienen serenos (en apariencia) a la espera de la explicación.

Recorren un corredor amplio y se dirigen a una sala de espera donde les ponen unas películas y unos auriculares con música relajantes.

El tiempo pasa

Nada cambia.

Al cabo de unas horas angustiosas en que nada ocurre, los auxiliares de vuelo se comentan que ya pueden volver al avión, que el viaje se ha cancelado y que habrán de volver a su destino de origen.

El pasaje ya no puede más y protesta... han invertido un tiempo y un dinero en unas vacaciones que ya no podrán recuperar y lo único que reciben a cambio es una espera insoportable y el tratamiento de un prisionero de guerra.

Una vez en el avión descubren que el cambio de planes se debió a que la compañía aerea había engañado al pasaje para una encuesta sobre "calidad de servicio", en la cual se les procede a preguntarles sobre lo bien que se hacen las cosas en la compañía, sobre el trato recibido por los auxiliares de vuelo, sobre el trayecto de vuelo, sobre las prestaciones del avión, sobre...

Y de vuelta al hogar, habiendo perdido el tiempo y el dinero en algo que ni por asomo se imaginaría la gente.

¿Que tal la historia?

¿Cuál sería la reacción normal de estas personas de haber ocurrido de verdad?
Teniendo en cuenta que la gente ha pagado un viaje, que han sido engañados, que han sido secuestrados, que han sido robados... no es de suponer que se lo tomen a bien.

Lo más normal sería que a la vuelta, una parte del pasaje reclamase a la compañía la devolución del dinero inverdido, otra parte reclamaría, además del dinero, daños y perjuicios por el tiempo gastado... e incluso habría quien (abogados mediante) denunciase a la empresa por secuestro, o por lo que quisiera... y que sólo algún individuo aislado se lo tomaría como una broma y "pasase" del asunto con una sonrisa

------------------------

Traduzcamos esa historia a la realidad.

700 personas de avanzada edad deciden hacer un viaje de un día de vacaciones a Portugal desde distintos puntos de Galicia.

Dichos sujetos pagan un importe de 15 euros por cabeza para dicho viaje.

El viaje se desarrolla sin incovenientes hasta la llegada a OIA.

Allí se baja a la gente, se las sienta en un auditorio improvisado y se las obliga a asistir a un mitin electoral de un candidato a la presidencia de Galicia.

Al término del mismo (tres horas después) se van a comer y como ya es tarde se devuelve a los ancianos a sus hogares salvo aquellos que protestaron que fueron acercados hasta VALENÇA, ciudad fronteriza con TUY, de la que ya no pasaron.

----------------

¿Como es posible que dos historias tan similares tengan finales tan diferentes?
En la primera se considera un secuestro, un acto vandálico por parte de la compañía aérea, que emplea sus recursos y autoridad para obligar a unas personas ha hacer lo que quiere, sin que éstas puedan mostrar el más mínimo rechazo. Y como es evidente, al término de la historia las personas protestan.

En la segunda podríamos decir que es el mismo punto, secuestro, pues se obliga a unas personas a ir a donde no quieren, se las retiene en contra de su voluntad, y no se toma en consideración lo más mínimo la voluntad del retenido.
Pero por contra, en este caso la gente, en lugar de protestar, se lo toma broma, a cachondeo y como un simple chiste electoral.

Esta entrada en el blog no es tanto para criticar a Anxo Quintana por una actuación que a mi modo de ver es totalmente despreciable y propia de un régimen totalitario; sino para criticar a la gente que no tiene ningún respeto por sus derechos.

Aquellas personas que por ser el que los trata como basura un político ya deciden que entonces será que está bien hecho.

Aquellas personas que no son capaces de levantarse y protestar antes tal mangoneo

Aquellas personas que antes que luchar prefieren ver como todo cuanto son se queda en nada por el mero hecho de que un señor, que debería "TRABAJAR PARA ELLOS", decide que sean ellos los que trabajen para él.

Hay que ver como cambia el mundo.

Cuando una persona entra en la política obtiene unos derecho que sólo pertenecen a una casta superior. Son seres que pueden saltarse a la torera libremente todos los derechos fundamentales de los ciudadanos, son seres que pueden hacer lo que les plaza impunemente.

Pero ello se debe a que los ciudadanos LO PERMITEN... Estamos tan adoctrinados con que los políticos son intocables que cuando nos hacen alguna perrería de estas, ya decimos... "más de lo mismo", y "¿para que protestar?"

Ya basta de tanta tontería

Ya basta de tanta estupidez

Cuando alguien vulnera nuestros derechos, tenemos que protestar, tenemos que denunciar, tenemos que evitar que lo vuelva a hacer.

Si lo consentimos, aún cuando sólo sea una vez, ya estamos dando pie a que SIEMPRE lo hagan... así de listos son estos políticos.


...

Lo que nos espera es el matadero... al que vamos como reses drogadas que aceptan su destino y no protestan por nada, aún cuando saben que sólo les espera el tiro en la frente.

Ya puestos a morir, mejor juntarnos todos en una fábrica de fuegos artificiales y fumar un cigarro con calma. El resultado sería el mismo... pero...

Por el espectáculo hijo, por el espectáculo

2 comentarios:

Mr. Yzquierdo dijo...

Muy bien Gangrol!! Una buena metáfora del suceso que ha sorprendido a muchos y alarmado sólo a unos pocos por lo vil y rastrero del procedimiento. Un político supuestamente democrático (y digo sólo supuestamente) que secuestra a un grupo de inocentes vejetes para sus fines partidistas y de propaganda electoral... es algo repulsivo!! Pero lo es también que apenas sí he oído críticas, ni del partido de la oposición (será que nunca se les había ocurrido y pensaron que era una buena idea?) Hemos llegado a ese punto en que los actos de campaña se convierten en puro espectáculo con seguidores secuestrados o a los que se les dá un bocadillo y una coca-cola sólo para que aplaudan y el político de turno salga en la tele arropado por mucha gente... son llevados allí como podrían ser llevados al "Luar" a hacerle la clá a "Jayoso"... pura farsa!!

Namárië!!

Marcos dijo...

Este acto sin duda es lo mejor de la campaña. Creo que a estas alturas está claro que todos los políticos, sin excepción son iguales, como los señores Smith de matrix.
Pero lo más llamativo es a lo que se refiere Gangrol, que sólo la gente de 1 de los 15 autobuses protestó...
Lo jodido de la historia es que pagaron 15 euros por escuchar un mitin de Anxo Quintana...jajajja