sábado, 5 de febrero de 2011

Guerra de Competencias


              Leo hoy en el periódico que el Ministerio de Sanidad recurrirá el catálogo gallego de medicamentos por invasión de competencias así como por restringir el acceso a medicamentos de los gallegos. Nuestra queridísima Pilar Farjas (conselleira de sanidade de Galicia, y principal impulsora del dichoso catálogo), en lugar de reconocer su error (¿cuándo un político español reconocerá que la ha cagado vilmente?), advierte al Gobierno Central que no piensa dar su brazo a torcer, y sólo echará para atrás esta norma cuando el Tribunal Constitucional le ordene que lo haga.

              Otra más de la guerra competencial en España. El problema que tuvimos aquí con todo esto radicó en que los gobernantes son de distintos partidos políticos. Así cuando fue lo del Estatuto de Cataluña, al ser el gobierno central y el autonómico del mismo partido, no pasó nada. Ahora son de distinto partido… pues se arma la marimorena y que se joda el pueblo.

              Y no es una exageración lo de “que se joda el pueblo”. Es simple y pura verdad.

              Desde el 1 de enero de este año se les ha cambiado la medicación a muchos pacientes gallegos porque sí. Ahora, cuando el TC acepte a trámite el recurso y se ponga en suspenso la norma gallega, se les volverá a cambiar otra vez la medicación (a algunos, otros, al ser la receta electrónica, mantendrán la nueva durante unos cuantos meses más antes de cambiar). Mientras tanto, las farmacias han hecho acopio de medicación genérica para adecuar sus stocks al nuevo catálogo, mientras se comían todo el stock que tenían de los medicamentos que ya no eran financiables por el SERGAS. Ahora se tendrán que comer los genéricos de marras mientras vuelven a pedir todo lo que tendrán que volver a dar al paciente.

              Esta guerra a los políticos no les supone nada (es más de lo mismo en su vida diaria). Pero a la gente de a pie, a los pacientes, a las farmacias, a las distribuidoras, a los médicos… a todo aquel que ha visto como su día a día cambia en función de lo que un par de políticos dicen un día y cambian al día siguiente, a todos nosotros esto nos ha perjudicado muchísimo. Y en muchos aspectos.

1.      Salud: La mayoría de los pacientes que han visto como sus medicinas cambiaban, se encuentran ahora con más cambios. La mayoría son mayores polimedicados. Gente que durante muchos años se estabilizaron en sus dolencias gracias al control de medicación que tenían. Con el catálogo esa estabilización se perdió. Ahora volverán a lo de antes. Y no se estabilizarán igual, pues las sumas de problemas de medicaciones cambiadas es gorda. Muchos pacientes tomaban sus medicinas en función de las cajas, del color de las pastillas, de la forma, etc. Ahora se las han cambiado y se lían… luego se las vuelven a cambiar y mayor lío aún. Y todo esto sin hablar de los medicamentos que eran “bioequivalentes”, pero no por ello “iguales” a los de marca. Así como de todos los problemas médicos asociados a cambios de medicación compleja (léase Plavix o Iscover, por poner un ejemplo).

2.      Economía: Muchas farmacias han tenido que despedir gente a causa de las normas estatales del año pasado. Muchas otras se han visto en grandes apuros económicos a causa de las normas gallegas del año pasado y del catálogo de este año. La estimación actual de viabilidad de las farmacias gallegas da un dato penoso, pues se calcula que un 10% de las farmacias gallegas cerrarán en unos dos meses, y un 20% más entrarán en quiebra a finales de este año. Y eso sólo a nivel de la farmacia, que si nos metemos en distribuidoras, en empresas farmacéuticas y en grandes multinacionales, todo esto se multiplica.

3.      Política: Como siempre ocurre, cuando lago sale bien el político de turno se pone medallas, cuando algo sale mal, siempre hay un tercero al que echarle las culpas. A nivel político, esta guerra es un gran rédito electoral para los dos partidos responsables del desaguisado. Según el PP, el PSOE les echa abajo la norma gallega porque son unos corruptos que no ven el bien que están haciendo a las arcas. Según el PSOE, el PP es una agrupación fascista que limita derechos y elimina el bienestar social. Ambos dicen la verdad. Y ambos se equivocan. Y los que pagamos… los de abajo, como siempre

              Siguiendo con el tema del catálogo, donde la Xunta dice que ha ahorrado muchos millones en el mes que lleva en vigor la norma… si ha ahorrado tanto ¿cómo es posible que no tenga dinero para pagar los gastos sanitarios? Pues resulta que este mes pasado el retraso fue gordo, y no sólo a nivel farmacias, sino a nivel total sanitario. Esos retrasos que ellos ven como algo normal, en una época como esta, pueden significar la diferencia entre seguir un mes más o tener que cerrar directamente para muchos negocios. Pero claro… ellos ven el “cómputo global”, el individual no cuenta. Sobre todo cuando su “global” es más falso que una moneda de 5 euros. Pues el cómputo de ahorro que dicen por el catálogo, no incluye el extra de ingresos hospitalarios que ese mismo catálogo ha ocasionado. Tampoco hablan del extra de consultas que ha habido a causa de ese catálogo. Tampoco comentan los problemas de salud ocasionados (que a la larga le saldrán mucho más caros)…

              La política ha demostrado desde hace años que el individuo no tiene valor. No le toman en cuenta para nada. Sólo se fijan en las estadísticas y la masa. Cuando se habla de ahorro, lo hacen en función de la masa. Si para ello el individuo sufre, pues no pasa nada, pues la masa, para ellos, no es la suma de individuos, sino otro valor ajeno. Y así les va. Cada vez tenemos más parados, cada vez tenemos menos margen económico. Cada vez tenemos más recortes sociales individuales.

              La única solución que le veo a esto (y por “esto” me refiero a los problemas competenciales, no al catálogo, que eso es otro cantar) es un cambio constitucional en España. La Constitución Española es una chapuza. Un “quiero y no puedo”. Las Autonomías han demostrado no servir para nada (perdón, miento… sirven para que cuatro avispados sigan llenándose los bolsillos con el trabajo de los demás). Por lo tanto hay que cambiar esto. Y para ello hay dos opciones. Un Estado Federal, o bien un Estado Central. Las Autonomías son una mezcla de ambos, de forma que se duplican los problemas de ambos, se duplican los gastos de ambos, y desde luego no se obtiene ninguno de los beneficios que cualquiera de los dos podría dar… pero sólo por separado.          

              En un Estado Central, los gastos asociados de mantener una administración se reducirían considerablemente a como lo vemos ahora. Se eliminarían los problemas asociados a tener cada comunidad autónoma unas normas incompatibles con el resto, así como todos los problemas de invasión de competencias (por ambos lados). Se podrá adoctrinar mejor a una mayor masa de gente, en lugar de tener que imponer distintos grados de adoctrinación según el partido que gobierne cada comunidad.

              En un Estado Federal, cada comunidad tendría una total y absoluta autonomía sobre sus ciudadanos, serían más cercanos a los problemas de cada una (en un Estado Central, al buscar el “bien común”, siempre se iría a favor de alguna en detrimento del resto… además, de que los gobernantes son de alguna de ellas, de forma que esa recibiría más que el resto… a menos que fuese gallego, que como la historia ha demostrado, cuando un gallego sube al poder, a Galicia la deja olvidada como si no existiera… si es que somos idiotas). Tendrían un mayor control del dinero que entra y sale. 

              Pero hay que añadir que en cualquiera de los dos casos no sólo hay ventajas, sino también problemas. Y hay que ser responsable con ellos. Pues en un Estado Federal, cuando las cosas van mal, que no se busque el amparo del Estado Central. Si no hay dinero, es porque se ha gestionado mal, y no habrá un “papacito Estado” para salvar el culo a nadie. Igualmente en un Estado Central, cuando las cosas vayan mal, que no se le eche la culpa a las autonomías, pues no las habrá, si no hay dinero es porque la gestión es mala, y no porque una autonomía gestione mejor o peor sus dineros (no habrá autonomías).

              Tal vez por eso los políticos están tan contentos con el “Estado de las Autonomías”… porque hagan lo que hagan siempre tendrán al otro para echar las culpas. Sea lo que sea. Sólo necesitamos ver hacia atrás en el tiempo para darnos cuenta de que no me equivoco mucho.

              Pero claro… la palabra “Responsabilidad” es terreno desconocido para los políticos españoles. La usan mucho para hablar de los demás... pero nunca para asumirla ellos mismos. No existe. Es como ese antiguo refrán: “La culpa no tiene madre”.

              Así que, mientras no se asuman responsabilidades políticas (y personales) por parte de nuestros dirigentes, jamás cambiará nada. El individuo no tendrá valor nunca. Las libertades se irán recortando más y más. Y al final seremos una masa de borregos cuyo pastor dirigirá hacia el matadero, y no tendremos ni la fuerza, ni las ganas ni mucho menos la inteligencia necesaria para decir NO.
             

3 comentarios:

Andrés Álvarez F. dijo...

"Y para ello hay dos opciones. Un Estado Federal, o bien un Estado Central."

O directamente no tener Estado, que es un poder jerárquico y sí un gobierno sometido al imperio de la Ley; una República, con un sistema de gobierno federal y presidencial, y por tanto relativamente heterárquico.

No obstante comparto el fondo de la reflexión

Mr. Yzquierdo dijo...

Muy bien Gangrol!!! Vuelves a acertar de pleno en lo que realmente subyace detrás de la polémica del Catálogo y el recurso anunciado por el (des-)Gobierno. No es que les importe el bienestar de los pacientes o el cumplimiento terapéutico o el dinero que presuntamente van a ahorrarse ni que deje de importarles... es sólo que unos están en contra de cuanto hace su rival político y punto. Si se les hubiera ocurrido esta "fantástica" idea en época del gobierno nacional-socialista pues el Gobierno Central habría aplaudido con las orejas, pero como es al contrario no.Ahora se acuerdan de la igualdad de todos los españoles y su derecho de acceder a los tratamientos que necesitan y todo eso. No porque se lo crean realmente sino por conveniencia. Es un epectáculo lamentable!! A ver en qué termina todo esto, pero sea como sea estoy seguro de que será en detrimento de todos otra vez.

Gangrol dijo...

Andrés:
Ciertamente prefiero lo de no tener estado, pero como en todo, prefiero pensar en loa moderación... hacer los cambios poco a poco, con calma, sin prisa... pero sin pausa. Hasta llegar al utópico final de no tener necesidad de estado, así como tampoco gobierno o ningún tipo de jerarquía burocrática.

Mr Y.
Pero es que es un problemón enorme que todo se base en el color del partido de turno.
Sea el partido que sea, tenga la idea que tenga, el otro, por definición (y sin haber mirado siquiera la idea) lo va a negar todo. Eso a nivel central existe, pero es que con las Autonomías de marras todo se nos ha agravado muchísimo... y al final es el individuo el que sufre todos estos desmanes políticos.

Un Saludo Felino
Miau