martes, 25 de enero de 2011

Ley Sinde



            Por fin ha salido a la luz que la opinión pública no tiene valor. La democracia, ese invento donde se supone que las mayorías mandan, ha demostrado no existir en España. Pues se ha aprobado la Ley Sinde en el Senado. Da igual que antes se hubiera rechazado en el Congreso. Da igual que la mayoría de los españoles se hayan manifestado en contra de ese ataque a nuestra libertad. Da igual que el fondo real de esa ley no sea la defensa de los autores, sino simple y pura censura. Lo que importa es que donde dije digo digo diego. Los que días atrás la rechazaron hoy la apoyan.

            Así que el texto de hoy va a tratar este tema de los derechos de autor, lo que son, lo que significan y lo que hay detrás de ellos.

            Según algunos “autores” (y sí, soy plenamente consciente de haber puesto esa palabra entre comillas) derechos de autor significa que una vez creado algo, ellos tienen que cobrar el resto de su vida (y la de sus descendientes) por ese acto pasado. Pues esa obra significa disfrute de terceros. Cada vez que una persona utilice esa obra (o sus reproducciones), está obligado a pagar al autor. Cada vez que una persona, aún sin quererlo, tenga contacto (por muy superficial que sea, o por muy inconsciente que sea) con esa obra, ha de pagar al autor. Cada vez que una persona siquiera piense en esa obra, ha de pagar al autor.

            Según otros autores, los derechos de autor significan que hay que reconocer la propiedad intelectual de la obra como perteneciente al autor. Y eso quiere decir que hay que nombrar y asociar la obra con el autor… pero eso no significa que haya que pagar obligatoriamente. Es más, el pago es voluntario. Cuando a una persona le gusta una obra, la compra y la paga porque quiere, no porque le obliguen a ello. Puede comprarlo al autor en persona, puede comprarlo a un intermediario o puede comprarlo a un tercero. Y si no le gusta, no por ello va a estar obligado a pagarla.

            Ahora bien… ¿por qué para ciertas cosas hay derechos de autor y para otras no? Después de todo, los derechos de autor, ese gran y fantástico concepto que permite a la gente cobrar durante toda la vida por algo que hicieron hace años, no les funciona a todos. Así por ejemplo Alejandro Sanz va a cobrar (y cobra) millones y millones por sus canciones, las toque él, las toque otro, las escuche quien quiere o bien las escuche quien no quiere (las radios obligan a mucha gente a escuchar canciones que no les gustan… pero aún así las pagan). Podemos suponer entonces que el proceso creativo es lo que marca ese derecho, pues necesitan tiempo y una serie de condiciones especiales para poder “crear”, de forma que esa obra terminada ha de darles dinero suficiente como para poder crear más.

            Analicemos el proceso creativo:

            Un autor tiene una idea (concepto intangible). Plasma esa idea en una obra (concepto tangible). En el proceso pueden pasar días, meses, años… Así por ejemplo un autor de libros tarda mucho tiempo en terminar una obra, mientras que un autor de canciones tarda poco tiempo en terminar una canción. Y al final el mercado es quién marca el éxito o fracaso de la obra. Pero en cualquier caso, el autor cobrará por haber tenido la idea durante el resto de su vida.

            Ahora pongamos otro proceso creativo (empresa farmacéutica con medicamentos):

            Un autor (o conjunto de autores) tienen una idea (concepto intangible). Para plasmar esa idea en algo material necesitan una media de 5 años y unos gastos de millones de euros. Una vez plasmada en una obra (concepto tangible) sale al mercado. Una vez en el mercado ha de pasar una serie de controles de calidad y seguridad para poder ser comercializada. Una vez comercializada, la duración de la comercialización suele durar unos 5 años antes de que el autor pierda la “propiedad” sobre dicha obra. Momento en que otros autores copian la obra original y la comercializan como propia.

            Ya puestos a comentar tonterías, ¿por qué ambos tipos de procesos creativos son permitidos? Pues así como el primero ve dinero durante mucho tiempo, el segundo lo ve durante muy poco. El primero no tiene casi gastos de creación, el segundo tiene unos costes asociados millonarios. El primero es “ocio”, y el segundo “sanidad”. El primero es algo que depende de la voluntad de la gente, el segundo es algo que depende de la necesidad de la gente. El primero es totalmente prescindible (podemos vivir sin problemas, y tal vez con más cordura, sin escuchar jamás una canción de Ramoncín), el segundo es totalmente imprescindible (la muerte es inevitable… que llegue más tarde y con mayor calidad de vida es posible).

Tal vez por esta diferencia entre algo prescindible y algo imprescindible, se hacen estas cosas. Como algo es imprescindible, a quién lo inventa se le dan dos duros y gracias. Cuando algo es prescindible, a quién lo crea se le da el oro y el moro.

            ¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?

            Yo puedo llegar a entender que algo que es realmente imprescindible tenga una serie de regulaciones que permitan su accesibilidad a todo el mundo. Lo que no puedo llegar a entender es que todo el mundo tenga que pagar por algo que a la mayoría ni nos va ni nos viene. A quién le guste Alejandro Sanz, que pague si quiere. Pero al que no le guste, que no le obliguen a pagar por ello.

            Ya bastante tenemos que aguantar en la radio, donde sólo se pone aquello que quieren las discográficas, como para aún encima tener que pagar cada vez más por ello.

            Siguiendo el razonamiento de estos “autores”, cuando yo, en función de mi profesión y conocimientos, doy un consejo farmacéutico, a quién se lo doy tengo que cobrarle, cuando la persona a quién se lo doy le va bien, tienen que pagarme, pero si le va mal, también tiene que pagarme. Y no sólo eso, sino que si esa persona aprende algo de lo que yo le digo y se lo comenta a otra persona, ese tercero también tiene que pasar por caja para pagarme. Y como alguien opine que es una tontería, saldré yo por la televisión y la radio diciendo que “Están matando la Sanidad”.

            Si yo digo esto, soy un “demagogo” barato que mezcla churras con merinas y dice cosas sin ningún sentido. Si son ellos los que lo dicen tienen la razón y la “Verdad Suprema” de su parte.

            Yo entiendo y comparto que cuando un autor crea algo, quiera rentabilizar su creación. Entiendo y comparto que no quieran que se les robe. Pero de ahí a decir que cuando yo le paso un CD a un amigo estoy “Matando la Música” hay un mundo. De ahí a decir que cuando yo comparto algo con alguien soy un criminal ya es pasarse. Después de todo, si analizamos el concepto “Robar” tenemos que hay “algo” que tiene alguien, el cual lo pierde pues otra persona se lo ha quitado. Si yo comparto un archivo de música, la otra persona adquiere dicho archivo, y yo no he perdido el mío. Luego no hay robo.

            Se podría analizar desde tantos puntos de vista distintos que es tontería hacerlo. El problema es que ellos “tienen la voz cantante”, tienen la fama y el poder para imponer su visión a la casta política de forma que les hagan caso. Y peor aún, que cuando lo hacen, la casta política acondiciona esas peticiones a su propia visión, de forma que al final lo que obtenemos los ciudadanos son leyes que nos limitan más y más.

            Pues la Ley Sinde no significa que se vayan a eliminar los portales de internet que compartan archivos, sino “cualquier portal” que ellos digan que comparte archivos. Lo que se traduce en que cuando ellos quieran cerrarán cualquier página porque sí. Y punto. Que comparte… pues se cierra. Que no comparte… pues también se cierra. La carga de la prueba recae en el propietario de la web. Y como probar la inocencia es algo imposible (de ahí que en cualquier régimen jurídico normal se busque siempre probar la culpa, no la inocencia), pues podrán hacer lo que quieran siempre, y nadie, con la nueva ley en la mano, podrá hacer nada para evitarlo.

            Este es el país en el que nos ha tocado vivir. Donde cuatro gatos nos dicen a cincuenta millones como hay que vivir. Ese es, después de todo, el propósito de la democracia… ¿o no?

2 comentarios:

el Turco dijo...

No me preocupa la Ley Sinde, estoy seguro de que técnicamente ya está desfasada, no obstante es un paso más en la merma de libertades a que se nos está sometiendo. Y eso si me preocupa. Como también me preocupa que no me dejen pensar en los 5 millones de parados, porque nos quitan más y más libertades...

Siesque.... Cualquier día pongo una hucha y un poli en todas las obras que he proyectado y cobro a el primero que las mire...


Saludos

Gangrol dijo...

Pues a mí sí me preocupa, y no por su temática, sino por lo que trae consigo... al final es una ley censura... y todos sabemos como acaban estas cosas.

Como bien dijiste otro día, España no es Venezuela... pero vamos en camino.

Un Saludo Felino
Miau