lunes, 5 de enero de 2009

Burocracia (Segunda Parte)

Aún cuando haya pasado mucho tiempo dese mi última entrada (es lo que tienen las navidades... dejan poco tiempo libre para dedicar a estas cosas), sigo empeñado en continuar mis disertaciones sobre este tema.

Hay pocas cosas en las que la mayoría de la gente esté de acuerdo, pero cuando se trata de burocracia, casi todos opinan igual: "Es un desastre"... y tienen razón, en parte.

Recurramos, como siempre, a la RAE para conocer el significado de esta palabra

burocracia.

(Del fr. bureaucratie, y este de bureau, oficina, escritorio, y -cratie, -cracia).

1. f. Organización regulada por normas que establecen un orden racional para distribuir y gestionar los asuntos que le son propios.

2. f. Conjunto de los servidores públicos.

3. f. Influencia excesiva de los funcionarios en los asuntos públicos.

4. f. Administración ineficiente a causa del papeleo, la rigidez y las formalidades superfluas.


Así podemos ver que tanto la primera como segunda definición nos dan un punto de vista funcional de la burocracia, mientras que la tercera y cuarta son más propias de la actualidad y más realistas a todos los efectos.

La burocracia nació como un sistema de responsabilidades, es decir, un sistema en el que toda acción emprendida pudiese ser "rastreada" hasta aquel que ostentase la responsabilidad sobre la misma para que, llegado el caso, se pudiese castigar o premiar su acción. Toda una serie de normas nacieron para fomentar esta búsqueda de la responsabilidad.

Pero como siempre ocurre, lo que en principio es un buen sistema (asumir responsabilidades trae mayor eficiencia y más productividad) se transformó en un sistema en el cual la única responsabilidad real es la que no existe, pues entre tantos papeles y normas diseñadas para buscar responsables, es imposible encontrarlos.

Para el fin de encontrar responsables se crearon normas y leyes... pero en la actualidad el fin último de la burocracia es cumplir las normas y leyes.

Y el cumplimiento de las leyes ha de ser consecuente con las realidades. Las leyes que se crearon para mejorar un sistema, para hacerlo más eficiente, para hacerlo productivo, ahora son la causa de que no existe productividad ni eficiencia en el mismo. ¿No sería mejor entonces eliminar esas normas? ¿O incluso cambiar todo este sistema?

Pero eso es algo que jamás se hará. Para poder hacerlo es necesario tener poder a nivel estatal... pero actualmente el poder estatal se basa en la "DEMOCRACIA" (esa gran mentira que a todos nos hacen creer) y por lo tanto, teniendo en cuenta que a cada día que pasa aumentan más y más el número de funcionarios, ningún político que tenga en mente seguir en el poder (es decir, todos ellos) hará nada en contra de esa gran población de "agradecidos votantes".

Seguimos anclados en el pasado, donde hoy día todo se hace vía informática, donde la vida entera de cada uno de nosotros se puede almacenar en un pen-drive del tamaño de una uña (y en el cual sobraría espacio tanto espacio que sería realmente un desperdicio gastarlo en esa nimiedad)... ¿cual es la motivación real de tener que entregar un gritón de papeles para hacer una simple solicitud?

La respuesta es obvia... Ante la pregunta de "Porqué", la respuesta siempre será "¿Y yo qué sé?". Una respuesta muy gallega... responder con otra pregunta... pero es que si nos tomamos en serio las respuestas que se nos ofrecen... porque de las 5 copias, una va para el subdirector, otra para el director, otra para la sección de recursos, otra para............... al final lo único que se consigue es llenar los archivadores de folios escritos que nadie lee, y que no sirven para nada, pues cuando realmente se necesita, lo único que se nos ofrece es la oportunidad de "rehacer todo el trabajo", ya que los originales se han "transpapelado".

El trabajo real que se lleva a cabo en cualquier administración pública se podría hacer exactamente igual con un décimo del personal... y se podría hacer infinítamente mejor con sólo un tercio del personal. Entonces... ¿porqué se necesita a tanta gente? Siceramente por hacer bulto...

Hay muchos tipos de funcionarios... los que trabajan, los que no trabajan, los que están, los que no están, los que hacen el trabajo del resto, los que dejan que otros hagan su trabajo... Cada cual tiene sus características, pero al final lo que se saca en claro es que cuanto menos trabajen, más les valoran.

Aún es reciente la noticia del periódico que hablaba de como los funcionarios de un pueblecito gallego se habían revelado contra el ayuntamiento porque el alcalde había insinuado que cobrarían en función de su rendimiento y horas de trabajo... Se ve que con esos requisitos, todos ellos terminarían por tener deudas con el ayuntamiento.

Yo veo bien que se le ponga un freno a esta situación. Si el sueldo del funcionario está establecido en un mínimo por una serie de horas de trabajo, aquellos que no las cumplan, deberían cobrar menos. Ya no por las horas en sí, sino por el trabajo, por la eficiencia, por los compromisos adquiridos con los ciudadanos (después de todo, somos nosotros, los ciudadanos de a pie, los que pagamos religiosamente los elevadísimos impuestos que tenemos aquellos que no pertenecemos a la función pública, los que les damos su sueldo y los que, al menos en teoría, deberíamos ser servidos por ellos... y no al revés).

Además de todo lo dicho... ¿qué es eso de tener un puesto de trabajo a perpetuidad? Si yo (o cualquier otro trabajador por cuenta ajena, o incluso autónomo) realizo mi trabajo de una forma tan poco eficiente y productiva, lo más probable es que acabe en la calle buscando un nuevo trabajo... en el cual más me valdrá ponerme las pilas y hacer lo mejor posible.

Para los funcionarios esto no vale... su visión es muy diferente. Según palabras casi textuales de un amigo que está intentanto sacarse la plaza de funcionario: "Ahora me toca trabajar, pero en cuanto sea funcionario, no pienso pegar palo al agua". Su visión de la función pública es muy simple, pero realista.

Definitivamente, los funcionarios no son más que piezas en el funcionamiento de la administración, la buracracia es su motor... y ambas están totalmente fuera de lugar en una sociedad que busca a eficiencia y la productividad.

Ya decía Napoleón:
"Si quieres que algo se haga rápido, encárgaselo a alguien ocupado"
"Si quieres que algo se demore eternamente, encárgaselo a una comisión".

Para terminar este ataque contra las instituciones públicas repetiré una frase de mi entrada anterior:

"Funcionario: aquel que por la mañana no está y por la tarde no trabaja"

Así nos va

2 comentarios:

Republica bananera dijo...

Un ejemplo. El INEM, al solicitar las prestaciones por desempleo, solicita una fotocopia del último contrato, ¡ESE DOCUMENTO YA LO TIENEN ELLOS! ¿Para que lo piden de nuevo? ¡QUE LO BUSQUEN! Pero claro, es más cómodo para el funcionario pedir una fotocopia y llenar edificios con cientos de fotocopias de un mismo documento. ¿Se creeran que no tenemos otras cosas mejores que hacer que fotocopiar documentos? Y a las protestas se encojen de hombros y se limitan a contestar "es el procedimiento". ¡Y para colmo la administración nos da clases de ecologismo!

En España se tarda 47 días en abrir una empresa, en Nueva Zelanda ¡UN DÍA!

Gangrol dijo...

vale que en Nueva Zelanda se tarde 1 día en abrir una empresa... pero es que en España se tardan 10 minutos en HUNDIRLA..

Si es que somos la caña