lunes, 10 de noviembre de 2008

Patente de Corso

Volvemos a los orígenes y por ello hay que empezar la entrada del día con una definición de la RAE sobre esta expresión. Así tenemos que:

patente.

(Del lat. patens, -entis, part. act. de patēre, estar descubierto, manifiesto).

~ de corso.

1. f. Autorización que se tiene o se supone para realizar actos prohibidos a los demás.

2. f. Cédula o despacho con que el Gobierno de un Estado autorizaba a un sujeto para hacer el corso contra los enemigos de la nación.


Con esta definición (sobre todo la del punto uno) tenemos ya un tema sobre el que debatir. Pues hace unos días, al leer un periódico (concretamente el Faro de Vigo), una de las tiras cómicas me llamó la atención por ser una realidad tan grande que sería risible de no ser tan deprimente. En la viñeta se veía a un caco de los de toda la vida (traje a rallas, antifaz) detenido por dos policías que lo acompañan, mientras detrás de ellos otro caco (con una bolsa llena de dinero, y en la camiseta las siglas SGAE) los mira con cara de felicidad e impunidad. Ante la clara pregunta del detenido de porqué a él sí y al otro no, uno de los policías, con resignación en el rostro responde: “Patente de Corso”


Puede que esta tira cómica nos parezca divertida, pero encierra una gran verdad. ¿Porqué unos ladrones tienen unas ventajas que los ciudadanos honrados no tienen? No ya el hecho de que unos ladrones tengan ventajas sobre otros ladrones (que eso pasa todos los días ya no por la existencia de leyes que los protejan, sino simplemente porque unos pueden pagarse mejores abogados que otros), sino que frente al común mortal de la sociedad, una persona normal y corriente, cuyo único propósito en la vida es vivir el día a día y cuyas preocupaciones cotidianas no suelen ir más allá del si llegará a fin de mes o de como mejorar en su vida laboral o cosas así, gente honrada cuyo mayor crimen tal vez sea saltarse una señal de tráfico... ¿porqué el que hace las cosas en contra de todos los principios básicos de la sociedad tiene ventajas que luego los ciudadanos honrados no tienen?


El canon de la SGAE no es más que una forma velada de robo. Nos están robando de forma total y absoluta. Da igual lo que hagamos, si compramos algo que ellos entiendan como “Artefacto susceptible de destruir la cultura” tendremos que pagar un plus. ¿Qué es lo que se entiende como tal? Ahí ya podemos entrar en grandes debates. Da igual que sea un MP3 (el cual, según ellos sólo es una máquina infernal diseñada para quitarles el pan de la boca a los pobres artistas que tanto trabajan por la cultura), o un DVD (artefacto del maligno capaz de reproducir copias piratas en exclusividad) o lo que sea... dentro de poco nos cobrarán por el aire respirado, pues según ellos el mero hecho de respirar ya significa que robaremos música y películas.


Si analizamos el concepto del canon en profundidad lo único que nos encontramos es que se trata de un impuesto que grava la simple compra. Ya no pueden argüir siquiera la intencionalidad, pues la ley obliga siempre a que se pruebe ésta. Pero como ellos son “especiales” no sólo se saltan la lógica a la torera, sino que además logran que se creen leyes que les den la razón.


Nos cobran ante la posibilidad de que cometamos un delito... Ya puestos a llevar las cosas al extremo, creo que sería más apropiado que en el momento del nacimiento, a los bebés se les internara en una prisión de máxima seguridad durante unos cuantos añitos, en previsión de los crímenes que seguro que cometerán en el futuro (el de respirar el peor de todos). Después de todo como el mero hecho de vivir ya es causa más que suficiente y probatoria de que en el futuro se va a delinquir, así pues la mejor solución es condenarlos antes de que cometan el delito como mecanismo preventorio... pero eso sí, en el momento en que cometan el delito (que por eso se les ha encerrado en primer lugar), se les vuelve a castigar, pues como todo el mundo sabe, como lo primero era sólo “disuasorio”, no cuenta como castigo.


Puede que haya puesto un ejemplo extremo, pero o es más que la realidad. Nos cobran el canon en los CD y DVD vírgenes porque los usaremos para “matar la música”. Nos cobran el canon en los ordenadores porque los usaremos para “destruir la cultura”... La realidad es que nos cobran el canon en cualquier producto porque pueden. No hay más razón que esa... quieren dinero y la mejor forma de obtenerlo es creando leyes que les amparen en sus latrocinios. Después de todo si la ley se lo permite, no puede estar mal, ¿verdad?


Y lo peor no es eso... lo peor es que luego nos criminalizan a los ciudadanos (a todos nosotros sin excepción) porque atentamos contra los ideales del mundo mejor que proponen (que se basa únicamente en hacerse más y más ricos a costa del trabajo de los demás... un mundo mucho mejor por lo que se ve... a mi también me gustaría estar ahí, pero claro, jamás me dejarían entrar en la élite de los que viven bien).


Aún encima tenemos que las asociaciones para los derechos de los consumidores no actúan al nivel de la SGAE, de forma que jamás se les podrá pedir responsabilidad por sus acciones. ¿Cómo luchar contra esto? No hay solución. No hay salida.


Si yo tengo que comprar un ordenador para una farmacia, el cual ha de estar conectado a una red interna de la Seguridad Social (nada de internet), con el único programa de gestión farmacéutica (original, por supuesto) y el sistema operativo base que necesita (también original). ¿Porqué tengo que pagarles? Es imposible que ese ordenador se emplee para algo que no sea atención farmacéutica y gestión. Pero eso es lo de menos... lo único que importa es cobrar.


Otro ejemplo, un trabajador, fotógrafo de profesión, compra tarjetas de memoria para la cámara de fotos, y CD y DVD vírgenes en los que copiar las fotos y videos que él ha creado... ¿Quién es la SGAE para decirle que ha de pagar por el fruto de su trabajo? Se supone que la SGAE protege los derechos de autor, pero el autor de esas fotos ha de pagarle a la SGAE por ello... ¿Dónde está la lógica?


No existe ninguna obligación “moral” de pagarles nada (en realidad, moral y éticamente serían ellos los únicos obligados a pagar a los consumidores por todas las injusticias a que nos someten)... la única obligación es legal. La pena es que la ley va encima de la moral (así va el mundo)


Otro día hablaré de la cultura y su concepto, el cual varía en función de quién lo mencione y en que circunstancia sea mencionado.


Pero por ahora creo que ya me he desahogado bastante... aunque nunca es lo suficiente.

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