Este título tan raro del post de hoy tiene su significado por la reunión que hubo ayer en Vigo sobre las nuevas medidas que la Xunta de Galicia pretende aplicar al sistema sanitario gallego. Resulta que cuando se propuso en la reunión que las farmacias hicieran “algo” (lo que fuera, cualquier cosa, cualquier acto en contra de estas barbaridades) la respuesta de Alba (presidenta del Colegio Profesional de Farmacéuticos de Pontevedra) fue que ya la habían amenazado desde la Xunta con mover a la opinión pública para que viese a las farmacias como los nuevos controladores aéreos. Es decir, poner a toda la sociedad en contra de las farmacias. Decir que las farmacias ganan mucho, que sólo se mueven por el dinero, que no les importa la salud de la gente, que son unos peseteros, etc. Alba comentó que en estos últimos días había hecho dos entrevistas para periódicos autonómicos (concretamente La Voz de Galicia y el Faro de Vigo), que al decir lo que pensaba, fueron censuradas y no se publicaron. Después me fijé en noticias más o menos antiguas (de unos meses para atrás) de políticos gallegos hablando sobre la sanidad en Galicia… y resulta que viéndolas en perspectiva, lo que venían a decir era precisamente eso, que la culpa del gasto sanitario es de las farmacias.
Típico de la política, se dedican a mentir y engañar para así poder hacer lo que les salga “de los cojones” (como diría Leire Pajín).
Y como es evidente que desde ningún medio de comunicación se podrán decir las verdades, uso este blog para comentar la realidad de las nuevas medidas gallegas para luchar contra la crisis sanitaria, así como para usar mis conocimientos farmacéuticos para convertir las mentiras políticas en verdades científicas. Sé que por ahora aún puedo hacerlo (aún no salió la ley censura, conocida comúnmente como ley Sinde) sin que me cierren el blog, así que mejor me apuro.
Primera verdad: Sólo buscan el dinero. El ejemplo más claro, que los colegios de A Coruña y Lugo han aceptado “pagar” un 7% en AIO (otro robo más) a cambio de no cortar cupón precinto. Como los de Pontevedra y Ourense han dicho que no, a ellos les roban un 20% (más que robo es extorsión, ya que no dan opciones, como son ellos los que pagan, en lugar de pagar el monto total, descuentan directamente ese 20% y “que se jodan” los farmacéuticos) y a mayores les obligan a cortar cupón precinto.
Segunda Verdad: La sanidad en Galicia gracias a estas medidas es “de segunda”. Las alternativas terapéuticas NO SON IGUALES, da igual lo que nos quieran vender. Yo como farmacéutico puedo decir cuando un genérico le va a suponer una igualdad de tratamiento a la persona y cuando no. Y la mayor parte de los medicamentos que han cambiado no suponen el mismo tratamiento.
Tercera Verdad: En Galicia se acaban de diferenciar a las personas en “primera clase” y “últimos monos”. Los primeros son los funcionarios y los militares, los segundos el resto. Pues como ISFAS (militares) y MUFACE (funcionarios) son competencia estatal, a esos se les pude dar lo que quieran, pero como Seguridad Social es competencia autonómica y estatal (en teoría, en la práctica la tratan como si fuera de ellos y nadie más), ahí sí que pueden tocar las narices, y a éstos (que son los que más pagan) se les quitan las medicinas.
Cuarta Verdad: Galicia criminaliza a los farmacéuticos. La ley estatal de medicamentos da unas competencias a los farmacéuticos. La ley gallega (menor ámbito y por lo tanto NO puede contradecir a la estatal) obliga a los farmacéuticos a incumplir la estatal. Y peor aún los deja con el culo al aire ante posibles denuncias.
Quinta Verdad: La gente de a pie no tiene el más mínimo valor para los políticos. Cuando alguien se pone enfermo lo único que ven es un número y lo único que se pregunta es “¿cómo bajarlo?”. Cuando un político habla de una Sanidad de Calidad, está diciendo “una Sanidad de Mierda para todos menos para mí”.
Creo que de “verdades” llega por hoy.
Voy a dedicarme a explicar un poco mejor cada una de ellas por si quedaban dudas de a lo que me refiero.
En la “Primera Verdad” hablo de la búsqueda de dinero. Ya hablé en otros post de cómo la Xunta exige unos dineros que no le competen y de cómo extorsiona a las farmacias en la búsqueda de liquidez. Así que este punto ya no lo desarrollo más.
En la “Segunda Verdad” hablo de los genéricos y de cómo no son iguales a los medicamentos de marca. Yo a una persona le digo que un Espidifen ™ es idéntico a un Ibuprofeno (Arginina) EFG y no miento (no del todo). Pues aunque no sean iguales, la acción terapéutica de ambos es la misma ya que el margen de acción entre los dos no cambia a nivel efectivo. Ahora bien, cuando alguien me pregunta si un Cardyl ™ es igual a una Atorvastatina EFG, yo no puedo decirles que sí sin mentir, puede que en ese caso concreto no haya mucha diferencia (el colesterol y triglicéridos disminuirán a distinto ritmo y tal vez necesiten una dosis mayor o menor, o más o menos tiempo, pero al final el efecto se mantiene). Este mismo ejemplo lo puse en otras entradas, así que tampoco me voy a explayar. Sí comentaré que en muchos otros casos donde el margen terapéutico es más estrecho (sin llegar al límite de medicamentos insustituibles, en los cuales no sólo el margen es pequeño, sino que hay que vigilar el propio fármaco por su problemática) y la función del medicamento muy concreta, dar uno u otro puede significar mucho. Ejemplo claro: Plavix ™ e Iscover ™ frente a los Clopidogrel EFG. Ningún Clopidogrel EFG en el mercado tiene la misma sal que los dos anteriores. Eso ya es una muestra de que los medicamentos no son iguales ni van a hacer la misma función con la misma eficacia, que podría pasarse por alto en temas más o menos “secundarios” como pueden ser los analgésicos o antipiréticos o antiinflamatorios, pero en temas antitrombóticos (pueden suponer la diferencia entre las vida y la muerte) es “pasarse”. Otros ejemplos: antopsicóticos, el que diga que es lo mismo un Rexer ™, un Vastat ™ (entre ellos dos las diferencias son mínimas, de forma que aún se podría aceptar un cambio de uno a otro) o una Mirtazapina EFG, no solo miente, sino que además se le debería caer la cara de vergüenza por la magnitud de la mentira. En este tipo de medicamentos, los antipsicóticos, son muy selectivos y muy especiales. Pueden suponer la diferencia entre una vida normal y sacar una escopeta y dedicarse a pegar tiros en la calle. Y para los políticos esa debe la razón final… si la gente se dedica a matarse entre ellos, son menos pensiones y menos Seguridad Social a pagar, por lo que eso sí que es un buen ahorro. Mejor dejo ya este punto, que me caliento demasiado.
En la “Tercera Verdad” se habla de las diferencias sociales que se han creado en Galicia. Pero es que hay que profundizar a base de bien. No sólo en Galicia, sino es que las han creado entre gallegos y españoles (tal vez por eso el BNG ha aprobado la medida… eso de la raza gallega les sienta muy bien). Cuando a un paciente un médico le receta un medicamento, no debe fijarse de donde es, sino qué enfermedad tiene y que medicamento le curará mejor. Ahora bien, si ese médico es madrileño y el paciente es catalán, para una infección le dará un Augmentine ™. Si ambos son gallegos, le recetará Amoxicilina /Clav EFG. Según la infección y según la gravedad (así como la zona infectada) podría decir si harán el mismo efecto o no (aún recuerdo una conversación con un amigo médico en la que hablábamos precisamente de este caso, de si dar un genérico para una amigdalitis o para una peritonitis… y de cómo cambiaba el asunto). Y peor aún, si es un trabajador autónomo o por cuenta ajena, se le da “el malo”, si es funcionario o militar, se le da “el bueno”. Y según los políticos no hay discriminación ninguna por ninguna parte.
En la “Cuarta Verdad” comento un caso muy grave. Cuando se venga de otra comunidad a Galicia alguien con recetas de un médico que prescriba algún medicamento que la Xunta no tenga previsto en el catálogo, obligan a los farmacéuticos a sustituirlo por alguno que sí esté en el catálogo, pero, eso sí, cuando el paciente (o el médico prescriptor) denuncien al farmacéutico (con toda la razón del mundo ya que no está dentro de nuestras funciones el sustituir “porqué sí”), según la Xunta “qué nos jodan”, después de todo somos “los malos” de la película.
Y por último, la “Quinta Verdad” viene a decir que la política es lo que es, una serie de “publicistas” que se encargan de hacer ver a la opinión pública una serie de noticias como algo bueno, cuando la realidad es muy diferente. Se nos criminaliza a los farmacéuticos, se nos hace ver como “los malos”, se vende que sólo nos mueve el dinero y que no buscamos para nada la ayuda al paciente… la realidad es justo la opuesta. Nuestro trabajo es precisamente estar ahí todos los días para ayudar a la gente a tomarse bien unas medicaciones que son complejas, a aconsejar unas pautas de medicación, a diagnosticar una serie de dolencias que no necesitan de médico… Sólo es cuestión de preguntar a cualquier persona. La gente de a pie sabe perfectamente que en las farmacias estamos para ayudar. Pero al mismo tiempo la gente de a pie sabe que “La Farmacia” es un negocio que da mucho dinero y que “Los Farmacéuticos” son todos millonarios que sólo buscan “la pela”. Es un absurdo. Pero es lo que nos han vendido desde hace mucho, así pueden hacer lo que quieran y luego aún echarnos las culpas de todo a nosotros.
Hace años (veinte años hacia atrás) es cierto que las farmacias ganaron mucho dinero. Es cierto que los farmacéuticos ganaron mucho dinero. A día de hoy sigue habiendo esa mala fama. Cuando lo cierto es que tenemos hipotecas como cualquier hijo de vecino, que nos cuesta llegar a fin de mes como a cualquier hijo de vecino… y que en muchos casos trabajamos mucho más que cualquier hijo de vecino (por poner un ejemplo simple, mi horario normal es de unas 65 horas a la semana, sin vacaciones ni ninguno de los “extras” que se dan a los trabajadores por cuenta ajena… y mi sueldo es bueno, no lo negaré, pero cualquier funcionario de tipo A e incluso la mayoría de los tipo B cobran más que yo). Pero aún así la fama es de millonarios. La fama es de peseteros. La fama es de criminales. Cuando la realidad es que son los políticos que nos han creado esa fama los que cumplen todas esas características… y aún así siguen viviendo bien a nuestra costa.
Y lo peor de todo es que dentro de unos meses nos venderán que han ahorrado gracias al catálogo cientos de millones de euros. La realidad será que es un ahorro falso, pues mucha gente, para poder seguir con sus tratamientos, los pagará de su bolsillo (con lo que la Xunta se ahorrará esos medicamentos), así como otros dejarán las medicaciones (otro ahorro más). A mayores estará todo ese dinero que las farmacias han invertido en la salud de los pacientes que luego no podrán mover (todos los stock que se quedarán dentro y los farmacéuticos se “comerán”), que como no se paga, ahí se queda. Y claro… ahorro para las arcas para seguir despilfarrando en otras partes. Es como si yo, cuando me llega la factura de la hipoteca del banco no la pago, y digo que me he ahorrado ese dinero ese mes. Claro que en mi caso el banco me lo reclamará e incluso me embargará. En el caso de los políticos, se crea una ley que dice que no tienen que pagar y listo… que se joda la gente.
Pero claro… como los farmacéuticos somos como los controladores… que saquen al ejército (todavía está en vigor el estado de alerta) y dispongan de lo que quieran…
Y que no se nos ocurra protestar. Para eso están los políticos, para decirnos que No a todo y a todos… nuestro derecho es el de obedecer, nuestra obligación es obedecer, y nuestra vida es obedecer… y callar. Al que levante la voz… palos. Y punto
Así nos va… y así nos irá.