jueves, 11 de diciembre de 2008

Burocracia (Primera Parte)

Leo hoy en el periódico (concretamente en el Faro de Vigo) que la Xunta de Galicia tiene planeado disminuir la edad para ser funcionario hasta los 16 años.

Si analizamos este hecho en detalle, teniendo en cuenta la realidad social y laboral de la España actual, nos damos cuenta que no existe lógica en este hecho.

En primer lugar la escolarización es obligatoria hasta los 16 años... por lo tanto sólo cuando se hayan terminado los estudios se podría acceder a una oposición.

En segundo término hay que superar una oposición para poder acceder al funcionariado... pero lo normal es que se tarde un mínimo de un año de estudio para sacerla.

Entre ambas cuestiones ya tenemos que los 16 como edad para ser funcionario es algo absurdo. Pero si a ello le añadimos un detalle más (que se ve que a los de la Xunta se les ha pasado por alto) y es que a los 16 años un niño (pues con esa edad, por muy maduro que sea mentalmente se sigue siendo un niño) puede emanciparse de sus padres o tutores, pero con una serie de condiciones legales:

Artículo 323 del Código Civil Español

La emancipación habilita al menor para regir su persona y bienes como si fuera mayor, pero hasta que llegue a la mayor edad no podrá el emancipado tomar dinero a préstamo, gravar o enajenar bienes inmuebles y establecimientos mercantiles o industriales u objetos de extraordinario valor sin consentimiento de sus padres y, a falta de ambos, sin el de su tutor legal.


Con todo esto la Xunta sigue en sus trece y mantiene que el acceso a la función pública es permisible desde los 16 años.


Y la pregunta fundamental es ¿porqué tienen en mente algo así?

Podríamos suponer que hacen falta más funcionarios. Y así es... la sanidad española (sobre todo la gallega) hace aguas por todos lados, y son necesarios muchos médicos (también ha dicho la XUnta que hay que agilizar los trámites para homologar títulos de medicina extrangeros a fin de que puedan ejercer aquí) así como personal de farmacia hospitalaria y enfermería...

Puede que hayan cambiado muchos las cosas de un tiempo a esta parte pero creo recordar que la carrera de Medicina supone una media de 6 a 8 años de estudios, la de Farmacia de 5 a 7 años y la de Enfermería de 3 a 4 años (si bien ahora, con el plan bolonia, se reducirán / aumentarán todas a un mínimo de 4).

Puede que la Xunta esté asumiendo que como hay tal cantidad de superdotados en este país, con 16 años recién cumplidos se esté en posesión de alguna de esas titulaciones (si no de todas, que por pedir no se pierde nada). Pero en vista de que el reino onírico no se corresponde con el real, estas esperanzas no pasan de ahí.

Puede que se necesite personal de seguridad (policía, bomberos, etc.)... pero para estas funciones se necesita, en primer lugar un físico desarrollado, tanto por el entrenamiento como por el desarrollo fisiológico de la persona. Por lo tanto no son propias de una persona de 16 años, pues por mucho que se entrene, su cuerpo aún no ha terminado de crecer, pues aunque haya dejado atrás la época del estirón (si es mujer, los hombres aún pueden crecer algo más hasta los 17 o 18 años) el cuerpo sigue en creciemiento y desarrollo hasta unos años después (sobre los 20 a 25 según la genética de cada cual). Así que tampoco van por ahí los tiros

Tal vez se refieran a personal judicial (donde también hay carencias)... pero como en el caso sanitario es necesario el estudio de una carrera y muchos años de prácticas y estudios posteriores. Así que también descartado.

¿Qué nos queda entonces?

La respuesta es obvia. Tenemos a un montón de políticos que no saben como conseguir votos. La mejor forma de hacerlo es regresar al caciquismo original de este antiguo reino y obtener réditos de favores. ¿Cómo hacerlo? Pues cuando el hijo de alguno necesita un trabajo seguro en el cual no sea necesario hacer mucho, se le regala un futuro. Cuando el amigo de turno necesita, el político de turno concede.

Esta es la realidad.

Y por mucho que los políticos luego vengan diciendo que hay transparencia en las oposiciones, luego tenemos estas perlas de sabiduría que demuestran todo lo contrario. Pues si alguien que lleva años estudiando para entrar en la función pública luego ve como su plaza le es arrebatada por un niño de 16 años que no ha estudiado en su vida, como que algo huele a podrido.

Y luego tenemos también el hecho de que no se necesitan tantos funcionarios. En realidad con una gestión informatizada adecuada, con una distribución de tareas simple y con un sencillo organigrama laboral, el número de funcionarios necesarias en cualquier administración sería reducido en un mínimo de un 50%.

Pero hay que pagar muchos favores, hay que recolectar muchos votos.


Los que me dan pena son aquellos funcionarios que han trabajado por ser quienes son, que han estudiado para llegar a donde están, que se esfuerzan en su trabajo; y que luego leen este tipo de comentarios en los cuales se habla de la ausencia de trabajo entre los funcionarios, de sus grandes sueldos y de sus inexistentes responsabilidades. Gente que se esfuerza por dar un servicio a quienes luego les caen todos los palos (será que aquellos que los merecen de verdad están de baja, de vacaciones o simplemente hacen suya la máxima "por la mañana no trabajo, por la tarde no estoy")


En la próxima entrada ya me centraré más en el hecho de la burocracia como tal (texto que llevo perfilando un tiempo, pero que he dejado apartado al leer la noticia de hoy del periódico). Espero poder hacerlo en breve, pero con estos milagros de la informática, nunca se sabe